CRÍTICA. Toda buena película de terror que se precie debe tener una ambientación que deje al espectador anclado en la butaca. Sin embargo, hay que darle a la historia de fondo la importancia que merece. Solo así no se quedará en un sobresalto sin más, sino que parte de nos acompañará de camino a casa y, una vez ahí, impedirá que conciliemos el sueño. El director venezolano Gustavo Hernández (‘La casa muda’, 2010) intenta conseguir precisamente eso con ‘No dormirás’, sin embargo puede que esta cinta haga que peguemos alguna cabezada en la propia butaca.
La historia se centra en los experimentos realizados por Alma Böhm durante los años ochenta, en los que mantiene dentro de un antiguo psiquiátrico a varios actores. Estos deben estar sin dormir un total de cuatro días, bajo la creencia de que es entonces cuando se sitúan entre la vida y la muerte. El tiempo en el que se encuentran en este limbo, sus interpretaciones llegarán a la cúspide de la perfección. Sin embargo, es también el estado en el que se abren puertas por la que ciertas presencias no deseadas pueden encontrar una salida al mundo de los vivos.
La cinta de Hernández presenta unos hermosos planos secuencia y una cuidada fotografía. El director se mueve por el antiguo psiquiátrico con su cámara como un artista con un pincel. Traza suaves movimientos y sitúa a la cámara en cada momento en el lugar adecuado, consiguiendo encontrar ángulos que recrean a todo aquel que aprecie estos detalles cinematográficos. Sin embargo, no consigue hacernos olvidar lo fallido de un guión que no logra despertar el interés por la historia que nos cuenta (la cual, por cierto, recuerda a ‘Mamá’ de Andrés Muschietti y producida por Guillermo del toro).
Estas sensaciones de falta de interés se acrecientan ante el trabajo sin energía de Eva de Dominici. La actriz principal no aporta lo necesario a un personaje que, debido a una débil introducción y construcción del mismo, no transmite empatía ni interés por su historia.
Todos estos puntos débiles del filme se intentan fortalecer con lo que el director entiende son momentos sobrecogedores, pero que se convierten en un sinsentido de sustos y sobresaltos. Los giros de la historia, que se suceden bruscamente y con muy poca separación temporal, preceden a un final construido a partir de muchos finales (solucionándose de forma convencional) que solo crea el deseo, por parte del espectador, de que todo acabe por fin y pueda irse a dormir.
— Lo peor: La historia no atrapa al espectador, dejando una sensación de argumento con lagunas y poco atractivo.
— Lo mejor: Belén Rueda (siempre un placer verla en pantalla). La fotografía y ambientación de todas las escenas alrededor del manicomio.
La apuesta cinematográfica de la semana que viene:
‘Tully’. Protagonizada por Charlize Theron. Filme que analiza la maternidad en clave de comedia. DIARIO Bahía de Cádiz