CRÍTICA. Este año 2018 será recordado, en parte, como el año en el que las mujeres salimos a la calle a reivindicar nuestros derechos en la sociedad. Tenemos, al igual que muchos colectivos, un grave problema de desigualdad de sueldos, discriminación laboral, violaciones de derechos y violaciones a secas.
En el mundo del cine las mujeres seguimos siendo consideradas el sexo débil tanto delante como detrás de las cámaras, lo que no significa que nuestras historias no quieran o deban ser escuchadas. Por ello, fue muy emocionante ver cómo la recién premiada en la última edición de los Oscars, Frances McDormand, pidió a todas las mujeres nominadas que se levantaran y a los productores ahí presentes a tomarlas en serio. En la actualidad, la voz de la mujer en el arte empieza a oírse más fuerte y claro. ‘Mi querida cofradía’ es una cinta que intenta aportar su grano de arena en esta lucha, pero si lo consigue o es más bien una piedra en el zapato es la cuestión.
En la película se relata un episodio en la vida de Carmen (Gloria Muñoz) que, tras 30 años trabajando desinteresadamente en una cofradía, ve frustradas sus aspiraciones de llegar a ser Hermana Mayor al perder el puesto ante Ignacio (Juan Gea). Las casualidades de la vida harán que se tome su venganza ayudada de su hija, nieta y una vecina con problemas de cocina.
La cinta está plagada de buenas intenciones e ideas originales y frescas que se quedan solo en eso, no consiguiendo alcanzar su objetivo. La idea inicial, que se desarrolla en la primera mitad, muestra la reivindicación de la mujer en los puestos de poder y el trato vejatorio al que son sometidas por el simple hecho de no haber nacido hombre.
Todo ello acaba desdibujándose para terminar mostrando solo arquetipos que pueden llegar a incomodar. ¿De verdad las mujeres que pertenecen a las cofradías tienen como principal queja el no poder llevar falda corta o maquillarse en las procesiones? Por ello, hay que lamentar que una película de vocación feminista pierda fuerza y sentido justo cuando más podría haber brillado, quedando solo en un conjunto de chistes y situaciones que despiertan sonrisas pero no risas y mucho menos carcajadas (la sala a la que acudí, a medio aforo, permaneció en silencio con cada una de ellas).
A destacar son las actuaciones de grandes secundarios y de la actriz protagonista, que intentan salvar una cinta que hace aguas en su lucha reivindicativa pero que, eso sí, puede sembrar el germen de más y mejores guiones escritos para despertar conciencias.
— Lo peor: Manuel Morón. Si el espectador ve más allá de los fallos de guión, puede que capte ciertos mensajes secundarios que subyacen en la cinta.
— Lo mejor: Aunque con buena intención, acaba mostrando arquetipos de la mujer que pueden llegar a molestar.
La apuesta cinematográfica de la semana que viene:
‘Noctem’. Thriller español que relata la desaparición de dos jóvenes en la Rivera Maya. Sus móviles encontrados albergan información que podrían resolver el caso. DIARIO Bahía de Cádiz