CRÍTICA. La historia nos sitúa en un país asolado por un conflicto bélico. Dos violinistas, Jan y Eva (Max von Sydow y Liv Ullman), huyen de esta tragedia hacia una isla buscando continuar con sus vidas. Sin embargo, la guerra alcanza finalmente este recóndito lugar donde se refugian, acabando con todo lo que encuentra a su paso. El matrimonio consigue sobrevivir, pero serán detenidos y sometidos a un gran número de vejaciones y extorsiones que harán que cambien para siempre su forma de ver el mundo y a ellos mismos.
‘La vergüenza’ fue una película que el propio Ingmar Bergman contempló con sentimientos encontrados tras su realización, opinando que podría ser dividida en dos partes bien diferenciadas: guerra y postguerra. Mientras que en la primera parte sintió que no había realizado un buen trabajo, en la segunda parte consiguió reflejar el dolor, la ansiedad y las transformaciones a las que una persona se ve sometida tras haber sufrido los horrores de los conflictos bélicos.
Los personajes deben construirse desde los escombros que el horror de la guerra ha dejado en su interior, sufriendo transformaciones que marcarán su vida a partir de ese punto. Es así como Jan, un hombre que se muestra cobarde y débil antes de la guerra, se convierte en una persona de gran brutalidad mientras que su esposa, Eva, sufre la transformación opuesta.
Se trata de una obra que, obviamente, se aleja mucho del cine comercial del que estamos acostumbrados a hablar en esta sección de cine, por lo que el espectador que se acerque a ella debe estar dispuesto a embarcarse en una profunda reflexión sobre la guerra y sus devastadoras consecuencias.
Para todos aquellos que no hayan vivido esta experiencia (que seremos la mayoría), puede ser muy difícil conseguir vislumbrar el dolor y situarnos en la piel de los protagonistas. Sentiremos gran dolor en cada escena e incluso veremos situaciones que nos parecerán difícil de comprender (la infidelidad de Eva delante de los ojos de Jan), pero es un ejemplo claro de cine de gran profundidad en el que los actos de los personajes, cuando son llevados a situaciones extremas, llegan a tener consecuencias desastrosas.
Se trata de un clásico de uno de los directores claves del cine del siglo XX. Un filme que merece ser visto de nuevo y cuyas increíbles interpretaciones de Max von Sydow y Liv Ullman nos harán entender como nunca la diferencia entre arte y entretenimiento. DIARIO Bahía de Cádiz