CRÍTICA. La trama, basada en una historia real, se centra en la década de los setenta, cuando la agitación social en EEUU, que desencadenará en una dura lucha por los derechos civiles, es el caldo de cultivo perfecto para que surjan organizaciones como Los Panteras Negras o el KKKlan. Con ese telón de fondo, Ron Stallworth se convierte en el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs. A pesar de que se le relega a puestos menores (en los que tendrá que soportar ataques racistas de compañeros) decide seguir adelante y solicitar acceder a la división de la policía secreta, donde formará parte de una misión muy peligrosa que le lleva a infiltrarse en el KKKlan.
En una acertada escena de la película, surge una conversación entre dos de los protagonistas en la que uno de ellos ponía en duda que las ideas extremistas llegaran a influir en la sociedad, por lo ilógico y absurdo del mensaje. El compañero le tachaba de iluso… y la pausa que Spike Lee introduce conscientemente en esa escena nos permite que miremos a nuestro compañero de butaca y sonriamos, resignados, al pensar en la sociedad en la que estamos inmersos.
‘Infiltrado en el KKKlan’, a pesar de ser fallida en su ritmo irregular, es muy necesaria en el momento político y social que estamos viviendo internacionalmente. Si le perdonamos el no haber conseguido combinar los ingredientes con acierto para una buena comedia, seremos capaces de captar el importante mensaje que subyace constantemente. Entenderemos cómo el cambio de estrategia en la política mundial ha hecho que las ideas que ciertas asociaciones radicales llevaron a cabo de forma ilegal durante años, a día de hoy, se apliquen con impunidad (muros entre países, separación de madres e hijos inmigrantes, abandonos de los acuerdos para frenar el cambio climático, etc.).
La cinta nos hace comprender como, a día de hoy, el racismo y los extremismos siguen tan vivos como hace casi cincuenta años, gracias a la aparición de figuras influyentes en el panorama político. Muchos de estos responsables están eligiendo las estrategias de sembrar el odio y el miedo entre ciudadanos para usarlo en su propio beneficio.
Son muchos los detalles de la cinta a los que debemos estar atentos, en los que el director y los guionistas sitúan, de forma magistral, todas aquellas causas que fomentan el odio interracial. Entre ellas, la incultura y la desinformación, a veces interesada, son retratadas en potentes diálogos que no nos dejarán indiferentes. Gracias al arte y, en especial, a películas como esta podemos conseguir ser críticos y mostrar nuestra inteligencia como un pueblo unido… ojalá se consiga.
— Lo peor: Un ritmo, en ocasiones, demasiado lento.
— Lo mejor: El poderoso trasfondo de la historia. DIARIO Bahía de Cádiz
La apuesta cinematográfica de la semana que viene:
‘Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte’, dirigida por Fede Álvarez.