CRÍTICA. ‘Identidad borrada’ se centra en el personaje de Jared (Lucas Hedges), hijo de un predicador baptista (Russel Crow) de una pequeña ciudad norteamericana. Todo parece ir sobre ruedas en su vida, guiado bajo la estricta moral de sus padres, sin embargo, esto no es más que una fachada que construye por miedo a confesarles su homosexualidad. Tras irrumpir con la “noticia”, Jared se ve obligado a participar en un programa para “curarse”. Dentro del mismo, entrará en conflicto con el terapeuta jefe Victor Sykes (Joel Edgerton), el cual no está dispuesto a dejarle abandonar la terapia fácilmente.
A pesar de que el punto de partida de la historia es la llegada al centro donde el joven busca ser “tratado”, la película trata realmente de las relaciones paterno filiales y del conflicto que genera en uno mismo el entender que nuestros progenitores no siempre están en lo cierto.
Los centros e instituciones que buscan “curar” la homosexualidad no son más que el medio en el que se nos trasmite el conflicto que aún supone, para ciertas familias, que uno de sus miembros no sea heterosexual. A pesar de que esta idea está latente constantemente en el film, el director se posiciona constantemente entre dos aguas, y parece no terminar de decidir hacia cuál quiere llevar la cinta.
Por un lado, la estancia en el centro, que hará cuestionarse al protagonista sus ideas acerca de su familia y de él mismo. Por otro, su relación con su padre. Ojalá se hubiera decantado más hacia el segundo prisma, lo que tal vez hubiera sacado a relucir más sentimientos y grandes momentos interpretativos, los cuales saben a poco y dejan una sensación de actores mal aprovechados (sobre todo Nicole Kidman y Russel Crow).
Un consejo para los cinéfilos: no pierdan de vista al actor Lucas Hedges (‘Manchester by the Sea’, ‘Lady Bird’), quien consigue mostrar el conflicto interno entre su personaje y su sexualidad con puro realismo y honestidad. La excesiva timidez del chico se ve en cada titubeo, mirada evasiva e ira controlada que nos hace entender hasta qué punto para Jared es importante la aceptación familiar y seguir el “camino correcto” que le han marcado.
Es una película necesaria y de obligado visionado, sobre todo entre los jóvenes, para que en un futuro podamos verla sabiendo que los hechos que se relatan ya son, por fin, cosa del pasado.
— Lo peor: La dirección es un poco lenta y puede echarse en falta el haber ahondado más en las personalidades de los padres de Jared y su relación entre ellos y su hijo.
— Lo mejor: Los actores y, muy en especial, Lucas Hedges. DIARIO Bahía de Cádiz