CRÍTICA. Reconozco que no soy una persona que se emocione con facilidad, pero todo eso cambia cuando disfruto de una de esas películas especiales que, como un tsunami, llegan para tocarnos el alma. Mientras las disfrutamos, sentimos que nuestros esquemas se rompen, que nos han dado una bofetada de realidad. Salimos transformados de la sala y dispuestos a mirar la vida con ojos renovados. Y para ello no hace falta un presupuesto desorbitante ni efectos especiales. Solo hace falta una buena historia y un buen director que sepa cogernos de la mano y hacernos caminar con los personajes.
‘Campeones’ narra la historia de Marcos Montes, un segundo entrenador de un equipo de baloncesto de primera que, tras conducir borracho, es condenado a realizar servicios para la comunidad. Es así como terminará entrenando a Los amigos, un equipo formado por discapacitados intelectuales que cambiará su vida.
En este film, el siempre genial Javier Fesser (‘El milagro de P. Tinto’, ‘Cándida’, ‘Mortadelo y Filemón’) busca que nos preguntemos qué es ser una persona “normal”. ¿Lo somos por tener un trabajo, una familia, decir y hacer todo lo que se espera de nosotros? ¿O debería ser normal tener una capacidad especial para disfrutar cada día con lo que el mundo nos regala?
Para ello, el director toca nuestra conciencia gracias a unos diálogos sorprendentes, que recordaremos incluso tras salir del cine. Un guión elaborado con mimo y cuidado (coescrito por Javier Fesser) con el que nos reiremos y reflexionaremos en partes iguales.
Para dar voz y poner rostro a los protagonistas, se ha contado con unos maravillosos actores no profesionales con discapacidad intelectual, que fueron seleccionados entre más de 600 presentados al casting. El equipo está capitaneado por un maravilloso Javier Gutiérrez, que consigue hacernos sentir, al inicio, antipatía por su personaje, al que transforma poco a poco a lo largo del film en un ser cercano y humano; herido por la decepción de sus ambiciones no alcanzadas, que toca fondo para comprender que solo así puede volver a levantarse.
Todos los que decidan acudir al cine a ver ‘Campeones’ se llevarán un tesoro inmaterial. Una enseñanza inigualable. Dejarán de sentir esa pena o lástima por aquellas personas que creemos que no pertenecen a la media de la población y comenzaremos a sentir pena de nosotros porque no podemos o intentamos vivir cada minuto de nuestra vida como hacen ellos; por querer siempre buscar ser “normales”, cuando podríamos ser extraordinarios.
Solo nos queda que sepamos ser capaces de emplear esta lección en nuestras vidas de ahora en adelante. Como se puede leer en un mural de la cancha de baloncesto donde tiene lugar gran parte del metraje: “La vida es solo una… vívela hoy”.
— Lo peor: Que el espectador sepa exprimir cada uno de los mensajes de la película. La audacia del director para atreverse a adentrarse en un tema tan controvertido y conseguir salir airoso.
— Lo mejor: Que cierto público (el mismo que se ríe abiertamente de las ocurrencias de Sheldon Cooper en ‘Big Bang Theory’) no consienta que se trate en clave de humor el tema de la discapacidad intelectual y vea en esta película, erróneamente, una mofa hacia ellos porque creen que solo se puede abordar el tema desde el drama.
La apuesta cinematográfica de la semana que viene:
‘La casa torcida’. Adaptación cinematográfica de una novela de Agathar Christie. Tras el fallecimiento de su tío en extrañas circunstancias, Sophia hace llamar a un detective para que investigue el caso. Misterio y tensión se entremezclan en este thriller que nos da la oportunidad de ver en pantalla a la magnífica Glenn Close. DIARIO Bahía de Cádiz