CRÍTICA. El proceso de creación de una obra literaria es un camino duro y en muchos casos solitario. El bloqueo ante la página en blanco, la presión por producir nuevas obras y la necesidad de realizar procesos introspectivos, hacen compleja la profesión de escritor. La nueva cinta de Roman Polanski, ‘Basada en hechos reales’, intenta acercarnos a la escritura vista desde la mente del autor. Un viaje que puede resultar tan tortuoso como interesante.
El filme nos habla de Delphine, una escritora de gran éxito en el París actual. Cansada de los compromisos con los editores y de la adoración no buscada de sus lectores, conoce a Elle, una chica tan deliciosa como perturbadora a la que abre su casa y muestra sus secretos. Sin embargo, Delphine no tardará en entender el peligro que conlleva esta relación que acaba de entablar.
Con un guión basado en la novela homónima de Delphine de Vigan y escrito a dos manos entre Olivier Assayas y el mismo Polanski, la cinta reflexiona sobre la inspiración que irrumpe en todo escritor al comenzar una obra literaria, mostrándola como una perturbadora fuerza que llega incluso a causar daños en sus vidas, en ocasiones irreparables.
Autor de películas de culto como ‘La semilla del diablo’, ‘Chinatown’ o ‘El pianista’, es de agradecer que Polanski (84 años) siga en activo y ofreciéndonos obras con asiduidad. Sin embargo, este filme se aleja de estar a la altura de sus mejores obras, dejando un sabor de boca agridulce al pensar en el sinfín de posibilidades que se podrían haber explorado a partir de una atractiva idea inicial. A pesar de todo, se trata de una película cuyo sentido y conclusión están muy abiertos a distintas interpretaciones y, por ello, consigue acompañarnos en nuestro camino a la salida de las salas si el espectador disfruta de este tipo de retos que nos plantea el director.
El mano a mano que se crea entre las dos actrices protagonistas de la cinta: Eva Green y Emmanuele Seigner, esposa esta última del director, es uno de los aspectos más interesantes del filme. La candidez y entrega de Delphine se refleja en los ojos de Seigner tanto o más que el maquiavelismo en los de su partenaire. Es lógico que, tras tantas películas a sus espaldas (y casi 30 años de relación con su esposa), el trabajo con sus actores sea la gran obra de arte de la cinta.
— Lo peor: Que cierto público acuda a las salas pensando que se encontrarán ante una película de terror y no estén dispuestos a adentrarse en la profundidad del filme.
— Lo mejor: Un final abierto a interpretaciones y la sensación que se consigue transmitir a los espectadores, llegándose a empatizar con el calvario que sufren los escritores en su proceso creativo.
La apuesta cinematográfica de la semana que viene:
‘Marguerite Duras. París 1944’. Inspirada en la novela de Marguerite Duras ‘El dolor’: en la Francia ocupada por los nazis, cuando Marguerite Duras descubre que su marido es capturado por los alemanes se embarcará en una lucha desesperada para conseguir su regreso. DIARIO Bahía de Cádiz