CRÍTICA. Desde que se llevara a cabo el primer largometraje de Disney (‘Blancanieves y los siete enanitos’, 1937), el mercado de películas animadas ha estado reinado por esta gran productora. No fue hasta casi sesenta años después, en 1995, cuando estrenaron la maravillosa ‘Toy Story’ (de la que pronto tendremos una cuarta entrega), dando el pistoletazo de salida a las películas de animación en 3D, las cuales siguen creándose en la actualidad. Muchas productoras han seguido sus pasos en todas sus empresas, intentando competir o, por lo menos, ampliar la oferta para el público infantil y no tan infantil. Sin embargo, la Disney siempre ha ido en cabeza demostrando con cada guión por qué su liderazgo dura ya más de ochenta años.
Desde que Angelina Jolie protagonizara ‘Maléfica’ en 2014 con gran éxito de crítica y público, la productora encontró un filón en las filmaciones de los clásicos de siempre de Disney pero, esta vez, con personajes de carne y hueso y directores de la talla de Kenneth Branagh (‘La cenicienta’, 2015), Jon Favreau (‘El libro de la selva’, 2016) y Tim Burton (‘Dumbo’, 2019) entre otros. Y es que todos aquellos que hemos crecido cantando las canciones de cada una de estas películas, estamos deseando ver ahora a los personajes animados cobrar vida con la voz y rostro de nuestros actores favoritos.
De esta forma llega el estreno más esperado de la cartelera de este mes de mayo: ‘Aladdin’, un filme cuyos detalles se publicaron con cuentagotas desde hace casi un año y cuyo merchandising ya estaba a la venta mucho antes del estreno de la cinta. Y no es para menos, ya que la película no defraudará a nadie que se acerque a ella habiendo sido fan del largometraje de animación. Excelentemente dirigida por un Guy Ritchie (‘Snatch: cerdos y diamantes’), quien consigue mantener durante cada minuto de las dos horas de metraje la diversión, ritmo y alegría que desprendían los personajes de dibujos.
Pero su labor va más allá de reproducir una película que fue un gran éxito allá por el año 1992. Es de agradecer que el director se haya tomado la libertad de añadir temas que no se encontraban en la obra original y que significan un paso más en para la adaptación de las denominadas “princesas Disney” al mundo real, Ese mundo en el que las niñas no quieren ser consortes sino gobernantes autosuficientes.
En esta cinta de aventuras, los actores cumplen perfectamente con sus papeles. A pesar de que la elección de Naomi Scott como la princesa Jasmine ha sido criticada en ciertos foros, la actriz defiende con acierto sus diálogos, al igual que el resto del reparto.
Sin embargo, al ver este Aladdin, solo me queda la añoranza del excelente papel que hizo el gran Robin Williams como el genio (algo que ni Will Smith y su labia y espontaneidad podrá hacernos olvidar). Esto hace que, una vez vista esta genial película, den ganas de volver a ver el filme original de animación. Una recomendación que merece la pena seguir.
— Lo peor: Que en esta versión no hayamos podido tener un “genio tan genial” como Robin Willimas (d.e.p).
— Lo mejor: Las coreografías, la escenografía y la fotografía. El canto al feminismo añadido al guión original con los números musicales de Naomi Scott. DIARIO Bahía de Cádiz