CRÍTICA. Durante muchos años “Los chavalillos sevillanos” encandilaron con su baile en muchas salas privadas y en teatros de España e Iberoamérica. Eran Antonio y Rosario, nacidos al arte en la academia de baile de Realito en la que ingresaron siendo niños. Se estrenaron como pareja artística durante la Expo sevillana de 1929 y después de 20 años juntos, los “chavalillos” se separaron y siguieron sus carreras cada uno por su lado. Antonio Ruiz Soler triunfó; triunfó tanto que se le conoce como Antonio, el bailarín, el mejor bailarín del mundo, «un transgresor y hasta un revolucionario de la danza y el baile flamenco y un embajador de excelencia de este arte en todo el mundo».
En su honor y para conmemorar los 100 años del nacimiento del artista, el Ballet Flamenco de Andalucía ha rescatado de los archivos parte de su obra, reconstruyendo en Antonio… 100 años de arte las creaciones coreográficas del bailarín y su concepto del baile, especialmente el baile flamenco.
El espectáculo está dividido en tres partes: Danzas boleras. Los chavalillos sevillanos, Sueño americano y Duende y jondura, coincidentes con las etapas en su vida artísticas
De la primera época de “Los chavalillos sevillanos” toda la compañía a pleno interpretó la Suite bolera, una coreografía de Tamara López impregnada de sabor a antiguo y reliquia, como poco a poco se está convirtiendo la Escuela bolera. Con Puerta de Tierra recuperaron luego la pieza del mismo nombre coreografiada por Antonio Ruiz Soler en 1960 en el Teatro Liceo de Barcelona, inspirada a la vez en la música de Isaac Albéniz dedicada a Cádiz y en la escuela de boleros del siglo XVIII.
Precisamente de Albéniz son todas las composiciones musicales de las coreografías de la segunda parte en recuerdo de los 12 años que Antonio el bailarín pasó en tierras americanas tras la Guerra Civil española. Aunque desarrolló su propia coreografía sobre la Suite Iberia de Albéniz, las exhibidas en este programa-homenaje están preparadas por Úrsula López y Alejandro Molinero.
Con el savoir faire del cuerpo de baile, cantaores y, de forma señalada, por el toque clásico a la guitarra de María Marín se disfrutó de un dulce intermedio hasta la sección más reseñable del espectáculo: Duende y jondura. En esta sección, vimos la impresionante Caña que bailara Antonio Ruiz Soler en La taberna del toro y que con elegancia y maestría reprodujo el bailaor Federico Núñez.
Las coreografías de Úrsula López del resto del programa recordaron otros éxitos del maestro Antonio en su dilatada carrera, como el Zorongo gitano, que interpretó la propia directora del ballet, Úrsula López, acompañada con voz y guitarra por María Marín. Sin duda, ambas piezas calaron en el público por la honda emoción que transmiten.
No obstante, el sonido subido de decibelios (en todo momento) jugó una mala pasada en la audición de la guitarra. Por otro lado, hay que reconocer el excelente trabajo de la iluminación, que ambientaba adecuadamente los registros de cada coreografía y preparaba al público para los cambios de números en continuidad.
El final apoteósico con los Fandangos verdiales llenó de colorido y efusividad un espectáculo amable, gustoso y sin estridencias que hace justicia, en parte, a la memoria del gran Antonio. DIARIO Bahía de Cádiz
FOTOS: F.M.
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
XIX Festival de Música Española de Cádiz.
‘Antonio…100 años de arte’. Ballet Flamenco de Andalucía.
Cuerpo de baile: Alejandro Molinero, Isaac Tovar, Julia Acosta, Ana Almagro, Gloria del Rosario, Andrea Antó, Águeda Saavedra, Manuel Jiménez, Federico Núñez, Iván Orellana. Guitarra: Pau Vallet, Juanma Torres. Cante: Sebastián Cruz, Vicente Gelo. Percusión: Raúl ‘Botella’. Cante y guitarra: María Marín. Coreografía y dirección: Úrsula López. PROGRAMA: Danzas boleras. Los chavalillos sevillanos. (Suite bolera – Bolero Puerta Tierra) / Sueño americano (Albaicín – Triana – Asturias – El Puerto) / Duende y jondura (Caña – Anda jaleo -Zorongo gitano – Alegrías. Clavel gaditano -Fandangos verdiales).
Lugar: Gran Teatro Falla de Cádiz, 16 de noviembre de 2021.