CRÍTICA. La música de Wagner es un ingrediente fundamental en la identificación del nazismo y las asociaciones ideológicas convierten al alemán en un representante del constructo social del superhombre, representado en la raza aria. En parte por culpa del propio compositor que no dudó expresar su antisemitismo, en una corriente social de la que no fuimos ajenos en nuestro territorio (a modo de ejemplo, léase las frases antisemitas de Valle-Inclán en Luces de Bohemia, recientemente interpretada en el FIT de Cádiz).
La Wagner ofrece una versión contradictoria con ese superhombre, representado en las figuras de atletas griegos y deificados por su mitología. Sobre el escenario, cuatro chicas se ofrecen a la vista como valquirias contemporáneas, desnudas de piel y también del halo angelical conferido por la mitología. Ya no están al servicio del guerrero para acompañarlo en su muerte, sino para destruir la imagen estereotipada de su grandeza; pero el objetivo de esta seudo ópera es “denunciar prejuicios relacionados con la feminidad, la violencia, la sexualidad, el erotismo y la pornografía. Todos estos estereotipos y prejuicios se encarnan en el cuerpo de la mujer y lo intoxican”.
Prácticamente no hay texto en La Wagner, sino acción. En un escenario casi con la misma desnudez de las actrices, se desarrolla un relato compuesto por movimientos coreográficos derivados de una actividad, trepidante, enérgica, brutal a veces. Actividad compuesta por movimientos con registro minimalista, que ofrecen pequeñas variaciones en cada escena, pero con temas repetidos a lo largo de la obra. Las actrices son a la vez gimnastas dedicadas a su duro entrenamiento, pasivas protagonistas de intercambios sexuales sin ningún tipo de goce, víctimas de violaciones despiadadas, receptoras de una violencia permanente y solapada del poder ejercido desde la supremacía y el dominio.
Todo el espectáculo se sumerge en una dinámica de excesos y mecanicismo. Ellas no muestran emociones, que no le son permitidas, ni reparan en los estragos que se provocan ellas mismas.
Al cabo del tiempo, las variantes escénicas van configurando un demoledor alegato en clave feminista que no utiliza un texto dramático para expresarlo, sino el propio cuerpo de mujer para desvelar el mensaje. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz 2018
‘La Wagner’. Pablo Rotemberg (Argentina).
Coreografía y dirección: Pablo Rotemberg / Elenco: Ayelén Clavin, Carla Di Grazia, Josefina Gorostiza, Carla Rímola / Música: Richard Wagner. Phill Niblack. Armando Trovajoli, Gianfranco Plenizio