CRÍTICA. En la línea de otras producciones de Els Joglars, el relato de Zénit: la realidad a su medida comienza con una escena preparatoria de elevado contenido estético y musical, un prolegómeno apoteósico, preparatorio del ánimo del espectador. La escena se desarrolla sobre una construcción entarimada que representa el edificio de una gran empresa periodística y que será el lugar donde acontece el resto de escenas.
La introducción deja paso a la acción propiamente dicha, con un breve intercambio de frases de unos y otros, y… se apagó la luz. Y no solo en el escenario. Una avería (“en el sector” según aclaró un apurado y desconcertado miembro de la organización) demoró la reanudación durante un prolongado rato, no precisamente para animarse en favor de esta obra. No fue la única interrupción, porque una repentina y breve caída de telón sirvió para corregir un problema de la mesa de luz y sonido en la zona técnica.
Los traspiés técnicos me parecen ahora un complemento del continuo sube-y-baja emocional de la función, no precisamente una pieza redonda en la “fábrica” Els Joglars. Y todo apuntaba a que Zénit: la realidad a su medida podría un nuevo hito en la historia de este conocido grupo.
La obra toma como punto de referencia un hipotético periódico, Zénit, en la cumbre del éxito. Pero Els Joglars presenta su grandeza desde otra perspectiva: el periodismo, que nació de la necesidad de transmitir información para la sociedad, poco a poco se ha convertido en un competido y voraz negocio. La cota de poder e influencia de un periódico es proporcional al número de ventas y por eso, en el negocio del entretenimiento que denuncia la obra, el periódico se convierte en una máquina que no tendrá reparos éticos en “matizar, manipular, retocar, filtrar o enfangar la realidad”, para satisfacción de la masa, una devoradora incansable de información, siempre atenta a la novedad, que se le suministra al momento. Paradójicamente, y es una comentario en la exposición de la obra, el público está cada vez más desinformado.
La escena introductoria apuntaba alegóricamente hacia el intríngulis del exitoso quehacer de Zenit: la directora de los periódicos como dueños absolutos del trabajo de los empleados, el periodista como un paciente crucificado en su trabajo, la labor de los periodistas convertidos en media workers y activos manejadores de las redes sociales, los ascensos profesionales conseguidos copiando los trabajos o hundiendo la credibilidad de los propios compañeros, la falta de capacidad crítica y poca seriedad para contrastar las fuentes de información… Un largo etcétera que en la breve sinopsis inicial avanza el desarrollo temático de la obra que confronta el periodismo ético con el de entretenimiento.
El tema se desarrolla mediante breves sketches que resaltan cada aspecto importante del discurso. En los bocetos aparece de forma recurrente Martín, el veterano periodista, a la vez denunciante y sufriente de la nueva situación. Los apuntes, necesariamente incompletos, dan la sensación de falta de profundidad e irregularidad en el desarrollo del tema. Quizás el más completo y más significativo se refiere a la investigación que Martín realiza sobre una noticia de Zenit merecedora de premio, pero que resulta completamente falsa atendiendo al resultado de la investigación rigurosa que el curtido periodista realiza, ayudado por un sufriente y brillante becario; una parábola del nuevo periodismo. Así mismo, el sketch refuerza otra línea del discurso: la urgencia de las noticias y la superficialidad de la labor periodística dan crédito a calumnias que son muy difíciles de desmontar luego, incluso a través de los mismos medios.
El mayor mérito de la sátira y sus creadores es su posición de denuncia contra los abusos y falta de ética del cuarto poder. Una posición valiente que acusa a todos pero no señala a nadie. Que cada palo recoja su vela. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz 2016.
‘Zénit: la realidad a su medida’. Els Joglars.
Dramaturgia: Ramón Fontserré y Martina Cabanas. Dirección: Ramón Fontserré. Vestuario y Atrezzo: Laura García. Iluminación: Bernat Jansá. Coreografía: Cía Mar Gómez. Elenco: Ramón Fontseré, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Xevi Vilá, Julián Ortega, Juan Pablo Mazorra.
Lugar y día: Gran Teatro Falla de Cádiz, 27 de octubre de 2016. Asistencia: Lleno.
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