CRÍTICA. Marat-Sade de Peter Weiss (con música original de Leonard Berstein) es una obra de referencia desde su creación en 1964. Adolfo Marsillac la puso en escena en España, que obtuvo un resonante éxito con su versión. Desde entonces, otras versiones se han montado de vez en cuando; como esta última de Ricardo Iniesta, que se presentó en junio de este año, y que la compañía Atalaya ha representado, con notable éxito en el Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.
La acción de Marat-Sade, una obra dramática de Peter Weiss, transcurre en 1808 y escenifica la persecución y el asesinato de Jean-Paul Marat por Charlotte Corday, en cuya recreación participan los internos del manicomio de Charenton, que son dirigidos en la representación teatral por el marqués de Sade, también recluido allí durante los últimos años de su vida –Sade y Marat fueron contemporáneos–. El título original es prolijo y redundante Persecución y asesinato de Jean Paul Marat, representado por el grupo de actores del Hospicio de Charenton bajo la dirección del Señor de Sade. Con este recurso metateatral se establece en realidad un debate imaginario entre los dos hombres que fueron testigos-víctimas de la Revolución Francesa, Marat y Sade, el cual se transciende el mero hecho histórico para tratar temas universales. Como vehículo de refuerzo para el mensaje en la imaginaria función teatral, se entrelazan escenas de ambos púgiles dialécticos con acompañamientos corales y danza -lo que permite múltiples versiones, según se oriente la adaptación de la obra-.
La adaptación, singular y efectista de Ricardo Iniesta se centra “en la dicotomía entre el individualismo exacerbado del Marqués de Sade y la apuesta por la colectividad y la honestidad que hace Marat”, pero, aunque su objetivo primario es resaltar el enfrentamiento entre dos visiones diferentes de organizar el mundo, Marat-Sade es también un relato de confrontaciones entre el ex-Marqués y el director del sanatorio-prisión de Charenton, representante de la censura y represión del sistema, claramente denostado en el texto, en sintonía con el ambiente antisistema de la actualidad. El relato se elabora utilizando una mezcla de lenguajes teatrales: épico brechtiano, el de la crueldad de Artaud y del grotesco trágico –fantasmagórico y enérgico- de Meyerhold; quizá con mayor peso este último.
La escenografía, sencilla y preparada con mínimos recursos, recurre a dos elementos básicos: la división modulable del espacio escénico con enormes telones-cortinas blancas espaciadas en profundidad –que se cierran o descorren a voluntad-, y elementos prop: un piano cuya tapa se utiliza profusamente para remarcar la acción y para las charadas musicales, la bañera de Marat (con una composición estética similar al cuadro de Jacques-Louis David, La muerte de Marat) y un ingenioso artefacto que tanto sirve de pantalla, podio-peana, escondrijo como de fosa mortuoria según en qué momentos.
Ayudada por una iluminación generosa y bien estudiada, impera el contraste como soporte del discurso: contraste de luces, contraste en los tipos –locos y cuerdos-, en el vestuario, –línea gore en los vates, draculiano en el Marat Sade, y casi nobiliario en la girondina Charlotte Corday, la que asesina a Marat, y en su galante cortesano. Contraste también en la declamación del discurso, que forja en el realismo natural de la declamación de Charlotte Corday y presentadora, la efectividad para transmitir sentimientos; y destila acritud e incomodidad en la ampulosidad verborreica de Marat–quizá no buscadas de propósito-.
Por encima de todo, el Marat Sade de Ricardo Iniesta puesto en escena por Atalaya, además de entretenido y grandioso, es un inquietante espectáculo, que mueve conciencias. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz 2015.
‘Marat-Sade’. Atalaya. Ricardo Iniesta; dramaturgia, espacio escénico y dirección. Luis Navarro, composición musical. Alejandro Conesa, luces. Elenco: Jerónimo Arenal (Marat), Manuel Asensio (Sade), Silvia Garzón (Carlota) Carmen Gallardo (Presentadora), Raúl Vera, María Sanz, Lidia Mauduit, Raúl Sirio, Joaquín Galán.
Lugar y día: Gran Teatro Falla de Cádiz, 21 de octubre de 2015. Asistencia: casi lleno.
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