CRÍTICA. Día de Shakespeare, el viernes 24 de octubre, en el FIT de Cádiz. Día de Shakespeare, pero tamizado por enfoques personalísimos sobre dos obras del dramaturgo inglés. Del ‘Romeo & Julieta’ de Aramburo damos cuenta en otro artículo, aunque esté conectado con el ‘Otelo’ de Jaime Lorca en la intención de transmutar las obras de Shakespeare para hacerlas entender y comprender a la luz que proyecta la sociedad actual, con otros principios morales y normas sociales diferentes a las que motivaron las creaciones shakesperianas.
‘Otelo’ de Jaime Lorca proviene del rechazo al maltrato a la mujer y con esta perspectiva propone que la muerte de Desdémona, es un acto con la intención de ejercer poder sobre ella, “tratando de controlar y poseer el cuerpo y el alma de su mujer”. También destaca la perspectiva machista del abuso de posición de Yago sobre su esposa Emilia, que utiliza y maneja a su antojo, como hace con Otelo. Básicamente, la obra describe el poder que ejerce Yago y su capacidad para manejar a voluntad con la palabra a Otelo, y a Emilia con el rol de dominio impuesto por las normas sociales; de ahí, el acierto de la des-personificación de Otelo y Desdémona en marionetas, un recurso simbólico y exitoso que constituye la esencia de la obra vista por el autor chileno.
Jaime Lorca centra la atención en Yago y en Emilia, que se convierten en protagonistas principales, relegando a los verdaderos a simples muñecos. En esta versión de ‘Otelo’, desaparecen el resto de personajes, reduciéndose a dos parejas: una viva y real, Yago-Emilia; la otra, reducida a dos muñecos que toman vida en manos de sus sirvientes. Un doble juego de parejas e identidades, que suponen un auténtico ejercicio actoral con las mutaciones de voces y expresiones corporales. Este cambio de perspectiva atenúa el impacto de la muerte de Desdémona, llevada a efecto por un Otelo consumido por los celos, por el distanciamiento que provoca en el espectador contemplar que son muñecos; y también realza el papel de la sociedad en los comportamientos humanos, a través de la figura de Yago, un portento en el arte de la manipulación. Otelo es víctima de las insinuaciones y rumores de Yago, pero fundamentalmente es víctima de su propia incomprensión sobre su rol como marido y de los convencionalismos sociales, que le impiden aceptar la libertad de elección de la mujer.
No hay que desdeñar que Shakespeare, aunque veladamente critica las consecuencias, mantiene el ventajismo machista de la época en su ‘Otelo’, donde Yago consigue sus propósitos, e incluso se mantiene vivo, a pesar de su comportamiento inmoral. Al cambiar el protagonismo de Otelo a Yago, Jaime Lorca pulsa las teclas emocionales del público contra Yago, representante de una sociedad al completo. “¡Esta es una obra de pasiones tan bajas! En Chile yo converso todos los días con un par de Yagos. Es muy típico eso de decir las cosas por el lado, sembrando cizaña”, dice el director chileno en referencia a su obra.
El impacto que produce el cambio de protagonistas y el uso de marionetas se reduce poco a poco conforme avanza la representación; sobre todo, a partir de la sensacional escena del masaje de Yago a su señor, que se acompaña con las insinuaciones y el doble sentido en sus palabras. Una escena portentosa, en la que salen a la luz todos los recursos que se utilizan a lo largo de la función para dar vida y corporeidad a Otelo y Desdémona. Pero, aunque de vez en cuando afloran el humor y el virtuosismo en la interpretación de dos personajes a la vez, el interés en la obra no se mantiene luego, dada la previsibilidad del resultado y la ausencia de otra escena que haga rebrotar el impacto emocional que proporcionan los primeros compases de esta versión; por cierto, muy bien acogida por el público asistente. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
XXX Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.
OTELO de Jaime Lorca. Teresita Iacobelli y Jaime Lorca, interpretación, adaptación y dirección. Loreto Monsalve, vesturario, Tito Velásquez, iluminación, Juan Salinas, música.
Lugar y día: Teatro de Títeres La Tia Norica de Cádiz, 24 de octubre de 2014. Asistencia: lleno.