CRÍTICA. El concierto de la tercera jornada del XII Festival de Música Española de Cádiz se percibió como un eslabón más en la rutina profesional de la Orquesta de Córdoba, casi ajena la agrupación al público presente. Y aunque en el fondo interesa sólo la música, el público es sensible a todo, y no sólo a la factura musical de las obras interpretadas. Si además, la dirección se acomoda a la relación exclusiva de los músicos, concediendo breves los gestos de cortesía con el público, en una relación de obligado cumplimiento, sólo queda valorar la dulce melancolía que impregnó el espíritu de los presentes; descontada por supuesto, una interpretación del concierto ajustada a los cánones perfomativos de los músicos y favorecida por estar algunas de sus obras incluidas en el ciclo de conciertos de la orquesta.
El programa del concierto tuvo el balance de la parte dedicada a la música española, objetivo esencial del festival y la dedicada al gran compositor W. A. Mozart. Como indicaba el programa de mano, transcurrió desde el Mozart Español J. C. Arriaga, hasta el mismo Mozart, un compositor especialmente querido por el director Lorenzo Ramos, abrió y cerró el programa interpretado por la Orquesta de Córdoba.
La pieza más interesante, por inusual, fue la suite de Rodolfo Halffter La madrugada del Panadero. Una obra compuesta el mismo año en que arriba a México el compositor español, huyendo de la represión de los ganadores de la guerra civil española. Contratado como compositor y director de orquesta en el Ballet Nacional de ese país, proporcionó esta suite para la compañía dirigida por Ana Sokolov, escrita sobre el libreto de su amigo y también compositor José Bergamín. Es una de las obras más apreciadas en el ámbito latinoamericano y valorada como muy influyente en los compositores mejicanos; sobre todo, porque la claridad tímbrica y la concisión de sus líneas melódicas se consideran herederas del mejor Stravinski, compositor de referencia, en aquellos años. El poderío de las cuerdas en la Orquesta de Córdoba se apreció especialmente en esta pieza impregnándola un carácter dulzón, suavizado por el marcado contraste rítmico y tonal, santo y seña de esta obra para ballet.
El segundo bloque del programa, dedicado al repertorio clásico, nos regaló una versión sólida y sin fisuras de la Sinfonía nº 38, una de las producciones surgidas en la época de madurez del propio Mozart, aunque también más oscura y difícil. Una interpretación de esta sinfonía ajustando la fluidez dinámica y potenciando el carácter expresivo de la pieza dejó pasajes bellísimos en el recuerdo de la audiencia. DIARIO Bahía de Cádiz Francisco Mesa
FICHA DEL CONCIERTO:
XII Festival de Música Española de Cádiz.
Orquesta de Córdoba. Lorenzo Ramos, director Programa: I – Juan Crisóstomo Arriaga (1806-1826) Obertura de Los esclavos felices (1820) Joaquín Turina (1882-1949) La Oración del torero, Op.34 (1925) Rodolfo Halffter (1900-1987) Suite de La madrugada del panadero, Op.12A (1940) II Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) Sinfonía nº39 en Mi bemol mayor, K.543 (1788)
Lugar y día: Gran Teatro Falla de Cádiz, 22 de noviembre de 2014. Asistencia: casi tres cuartos de aforo.
Este Sr., muy pagado de sí mismo, parece que tuviera directrices de alguien de la Junta para tratar a la Orquesta de Córdoba, en clara desventaja en el trato frente a otras orquestas andaluzas, con un desprecio injustificado. Vd. no estuvo allí seguramente, porque la respuesta del público fue de entusiasmo, y no como Vd. lo cuenta. Recordarle a este Sr. que la ROSS, que es la que cuenta con más presupuesto de las cuatro orquestas, acudió al Festival de Música Española sólo con una plantilla de cuerdas y con un programa integrado por obras extranjeras: NI UNA SOLA PIEZA DE MÚSICA ESPAÑOLA EN EL PROGRAMA. Programa, por cierto, que ya habían tocado en Sevilla con anterioridad, y de eso Vd. no dice nada en su excelsa crítica al concierto que aquí ofrecieron, pero sin embargo sí que le recuerda al público gaditano que la Orquesta de Córdoba va a su ciudad con obras que ya han tocado en Córdoba. Y digo yo, ¿eso qué diantres le importará al público del Festival, mientras toquen bien y sea un programa interesante?. Me consta que la Orquesta de Córdoba se plegó a las exigencias del Festival, (¿como no debería ser menos, no?) y ofreció toda una primera parte de música española para la que sólo contaron con dos días de ensayo, debido a lo apretado de una agenda que tiene que abarcar al máximo de compromisos en el menor tiempo posible, sólo para poder subsistir dignamente. El Ballet de Halffter nunca se había tocado en el Festival, y eso que su descendiente ha sido, y parece que aún es, Titular de algo en Sevilla. Por cierto, la versión que ofreció la Orquesta de Córdoba de la «Oración de torero» de Turina, que Vd. ni menciona, fue magistral. Y para terminar permítame que le corrija: no interpretaron la Sinfonía nº 38 de. Mozart, sino la 39. ¿A ver si va a resultar que de verdad Vd. no estuvo allí?