CRÍTICA. La decimosegunda edición del Festival de Música Española de Cádiz inició su andadura anual el pasado jueves día 20 con un concierto al menos llamativo y, en cierto modo, espectacular. No cabe duda que el concierto de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla captó la atención de los melómanos gaditanos y motivó que el concierto inaugural registrase un casi-lleno en la taquilla; todo a pesar de que la ROSS se presentara únicamente con su sección de cuerda, a la postre una forma irreprochable de alcanzar los objetivos tanto en los terrenos musical y económico.
No es cuestión de soñar con tiempos pasados, cuando este festival lucía galas lucidas al extremo, fruto de un presupuesto generoso, sino reconocer la capacidad de sus gestores para adaptarse al signo de los tiempos y a la austeridad económica. Algunos de los interesantes conciertos previstos en festival de este año siguen en esta tónica; pero hay FMEC, y ya van doce años, que no es poco.
La sección de cuerdas de la ROSS, se basta y sobra para hacer las delicias del público con su profesionalidad y depurada capacidad técnica. En ese sentido, no hubo sorpresas en el Gran Teatro Falla: un sonido magnífico en conjunto y empaste casi perfecto, que son distintivos de la ROSS, dieron solidez y brillantez a la interpretación de las obras de Antonio Vivaldi y Astor Piazzolla; a pesar de que la caja acústica del teatro contribuye poco en realzar la tímbrica de las cuerdas, más bien al contrario.
No es nueva la idea de fusionar en un mismo programa las Cuatro estaciones de Vivaldi con las equivalentes compuesta por el argentino Astor Piazzola; en realidad, Eric Crambes y la ROSS toman como modelo la idea de Gidon Kremer que las combinó en sus Ocho estaciones -en cierto modo, siguen sus pautas incluso en la plantilla instrumental- aunque con un cambio significativo: el desplazamiento de la Primavera porteña al final, de forma que la vibrante apertura de las Cuatro Estaciones vivaldianas tuvieron el equivalente cierre con la primavera de Piazzolla –no es un cambio sin ton ni son, el deslumbrante comienzo del Verano porteño, intercala pasajes de la Primavera vivaldiana-.
El violinistra francés Eric Crambes, concertino de la orquesta, exhibió su capacidad técnica y donosura en el tratamiento de las estaciones de Vivaldi -al que correspondió también episodios solistas de otros músicos, especialmente del violonchelo, brillante en el verano porteño y con mediocre sonido en la primavera vivaldiana- y un impecable trabajo de dirección de estas cuatro + cuatro estaciones que hicieron vibrar a todos los asistentes. DIARIO Bahía de Cádiz Francisco Mesa
FICHA DEL CONCIERTO:
XII Festival de Música Española de Cádiz.
Las cuatro estaciones porteñas: Vivaldi y Piazzolla en el espejo Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Eric Crambes director y solista. Programa: Antonio VIVALDI (1678-1741) La Primavera, Concierto para violín Mi mayor (1725) – Astor PIAZZOLLA Verano Porteño (1965) – Antonio VIVALDI El Verano. Concierto para violín Sol menor (1725) – Astor PIAZZOLLA Otoño Porteño (1969) – Antonio VIVALDI El Otoño, Concierto para violín y cuerdas en Fa mayor (1725) – Astor PIAZZOLLA Invierno porteño (1970) – Antonio VIVALDI El Invierno. Concierto para violín y cuerdas en Fa menor (1725) – Astor PIAZZOLLA (1921-1992) Allegro: Danza Pastorale – Primavera Porteña (1970)
Lugar y día: Gran Teatro Falla de Cádiz, 20 de noviembre de 2014. Asistencia: casi lleno.
Pues con esta crítica, está usted animando a que el año que viene, en lugar de orquestas sinfónicas, vengan conjuntos de cámara, incluso un sexteto ¿por qué nó?