CRÍTICA. It’s a wrap (Kubrick is dead) es uno de tantos ejemplos de cómo una obra necesariamente imperfecta (como todas) y apuntes (algunos) de maestría en la ejecución puede disfrutar de éxito en el escenario. Se aplaudió (muchísimo) desde el público una propuesta híbrida y llamativa que se basa en la especulación sobre la supervivencia de los personajes creados por Kubrick a la muerte del cineasta: Lolita, Wendy, Jack, Hartman… Los personajes se desenvuelven e interactúan entre ellos, sin control sobre sí mismos, explorando los conflictos (heredados o nuevos) y añadiendo, de paso, el inevitable (necesario) discurso de empoderamiento femenino.
Originalidad e innovación en el diseño coreográfico priman sobre los elementos puramente dancísticos que se relegan a segundo plano, paradójicamente, porque (casi) todo se plantea en clave de cine. Incluso la presencia de un Chromaman verde, cineasta en activo e intrusivo sobre la escena, simboliza la abducción cinéfila sobre el diseño coreográfico. Con el Chromaman en activo casi siempre se engarzan escenas de una narración cosida a retales, con muchas sorpresas, ideas originales (como lo es, de partida, el guion sustentador de la coreografía) y continuos guiños a la filmografía del cineasta británico.
El diseño de la pieza incluye elementos externos a la danza: narración a viva voz, canción en directo, el movimiento de un juguete telecontrolado y el Chromaman referido, que dotan de variedad e interés a la pieza, desequilibrada desde el punto de vista dancístico. Los bailarines se producen de acuerdo con sus posibilidades (o se adaptan a las posibilidades del guion), aunque en conjunto se muestra una danza electrizante, inestable, violenta y déjà vu. La obra es violenta e hiperbólica en espíritu y ejecución (una suerte de danza sucia, recordando al género que nació de la pluma de Fante, Carver y otros escritores americanos). Necesariamente lo es, en parte por heredar algunos elementos característicos de Kubrick y sus renombradas películas: Lolita, La naranja mecánica, El resplandor…
—No tenéis cara de final. ¡Poned cara de final! —alentaron al público desde el proscenio preparando la conclusión, cuando ya algunos (yo mismo) la teníamos preparada desde (bastantes) minutos antes. Con sinceridad, el mensaje y recepción de la obra no disminuiría un ápice si se eliminaran redundancias enfáticas en la coreografía y fluyeran más rápidas las conexiones entre escenas, por no aludir a la excesiva duración de la (espectacular) escena de Jack machacando a hachazos la puerta.
En resumen, It’s a wrap (Kubrick is dead) nos sedujo como un valioso trabajo de exploración de las posibilidades que ofrece la danza cuando se mimetiza e integra en otras especialidades artísticas, y anotamos el esfuerzo sin límites y voluntad de los bailarines de la compañía por ejecutar con veteranía y energía sus roles. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
XIX Festival Cádiz en Danza
‘It’s a wrap (Kubrick is dead)’. La intrusa. Idea y Dirección artística: Virginia García y Damián Muñoz. Dramaturgia: Virginia García. Creación e interpretación: Alexis Fernández, Carmen Fumero, Virginia García, Helena Gispert, Damián Muñoz, Miguel Zomas. Música: Jesús Díaz (Making Music in Silence).
Lugar y día: Gran Teatro Falla de Cádiz, 14 de junio de 2021. Asistencia: Un tercio de aforo (con medidas Covid).