CRÍTICA. La concesión del Premio Max 2015 en la sección de Mejor espectáculo a Caída libre del israelí Sharon Fridman ha incrementado sin duda la seguridad de que el Festival Internacional de danza contemporánea Cádiz en Danza es ya, sin duda, uno de los festivales de referencia en la danza española, por su capacidad de congregar figuras de talla internacional que acumulan prestigiosos premios en su haber y por la amplitud de espectáculos contenidos en su programa. Una feliz coincidencia hizo que en el día inaugural del Festival se presentase la obra de Sharon Fridman, contando ya con el prestigioso galardón.
Caída libre tiene el aliciente añadido de contar con veinte bailarines seleccionados, entre voluntarios locales, que acompañan coreográficamente el trabajo de tres parejas de la Compañía Sharon Fridman, que desarrollan el núcleo de la coreografía. Caída libre es así un proyecto colaborativo que convierte cada representación en una performance única e irrepetible.
La música creada por el compositor Luis Miguel Cobo forma parte esencial de este espectáculo, de importancia capital para la recepción de esta obra. Música y escenografía crean paisajes vivos, moldeables, volubles y en continua transformación que ocasiona múltiples interrelaciones físicas entre los intérpretes; interrelaciones en las que prima la técnica “contact” del coreógrafo israelí, con los cuerpos desmadejados y faltos de vigor que precisa del apoyo sobre otros cuerpos para desarrollar una acción coreográfica de fuerte tensión emocional en contraste con la aparente laxitud corporal.
Caida libre se presenta como una metáfora sobre la supervivencia, la guerra y la destrucción. La gama de colores grises y ocres de vestuario y el juego de luces evocan el expresionismo de las artes plásticas que pretende exponer los sentimientos al público, y provocar su empatía, más que revivir objetivamente la realidad. Y la realidad es la tendencia humana a la caída, que Sharon Fridman toma como punto de partida para la recuperación, con la idea manifestada de que “es preciso la caída libre, sin miedos, para la liberación personal”.
La obra se divide en partes muy parejas en duración de diez minutos hasta completar los cincuenta del espectáculo. Tras la brillante exposición coral de inicio, basada en una coreografía sobre una marea de cuerpos deslizándose lentamente en el suelo, se produce el desarrollo, que se lleva a cabo con doble trío fundamentalmente, y luego finaliza con una exposición conclusiva elaborada en formato coreográfico de tres parejas con el concurso de los voluntariosos bailarines figurantes.
A mi modo de entender, aquí acaba la obra –es sintomático el fervoroso aplauso del público al acabar esta tercera parte-. Mucho tiene que ver en esta percepción el ostinato musical in crescendo que culmina admirablemente con patéticas apelaciones sonoras a los bombardeos de una guerra, magníficamente emulados en la partitura de Luis Miguel Cobo. El resto de la obra parece una prolongación artificial de la idea general, sin duda gustosa y atrayente, pero ya conseguido el efecto, perdido el fuelle y diluido el vigor tensional que se produjo con el primer ciclo. DIARIO Bahía de Cádiz Francisco Mesa
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
Festival Internacional de Danza Contemporánea Cádiz en Danza.
‘Caida libre’ de Cía. Sharon Fridman. Dirección artística y coreografía: Sharon Fridman. Asistentes coreográficos: Arthur Bernard-Bazin y Carlos Fernández. Bailarines: Pau Cólera, Jonathan Foussadier, Maite Larrañeta, Richard Martin Mascherin, Melania Olcina, Léonore Zurfluh, con la participación de voluntarios de Cádiz. Dramaturgia: Antonio Ramírez-Stabivo. Composición musical original: Luis Miguel Cobo. Escenografía y diseño gráfico: Oficina 4play. Iluminación: Sergio García Domínguez. Sonido: Iñaki Ruiz.
Lugar y día: Gran Teatro Falla de Cádiz, 6 de junio de 2015. Asistencia: Casi lleno total.