CRÍTICA. Muriel Romero y Pablo Palacio trabajan desde hace tiempo, y experimentan, sobre el gesto corporal y el gesto sonoro, respectivamente. También es de justicia incluir como colaborador en los proyectos que realizan ambos al Dr. Daniel Bisig de la Universidad de las Artes de Zurich (Instituto para la Tecnología del Sonido y Música por Ordenador), con quien Pablo Palacio publica el resultado de sus investigaciones. La colaboración entre ellos a través del Instituto Stocos ha dado lugar a diversas creaciones artísticas, como la serie titulada Neural narratives I: Phantom Limb, representada en el Festival Internacional de Danza Contemporánea Cádiz en Danza.
En esta serie materializan conceptos coreográficos y escenográficos propios, que junto con elementos expresivos sorprendentes, cumplen con dos condiciones sine qua non para el reconocimiento artístico en la danza contemporánea. Al que hay que añadir el reconocimiento académico, porque se ha promocionado también sus trabajos a través de publicaciones científicas.
La integración de conceptos abstractos tomados de otras disciplinas ―matemáticas, biología, etc― en un espacio tridimensional donde se interactúa con objetos sonoros es la base conceptual de las coreografías de Stocos. En Phantom Limb toma como referencia las redes neuronales y su comportamiento cuando interactúa con objetos sonoros produciendo una transformación sucesiva, que depende de la trayectoria y la morfología dinámica. Phantom Limb “experimenta con tecnologías basadas en la simulación que permita a los bailarines la modificación de su apariencia morfológica y sus capacidades de comportamiento. Esta modificación se basa en la representación de las propiedades naturales del cuerpo del hombre en danza con las mismas abstracciones computacionales que se emplean en la simulación artificial de las estructuras corporales”. Phantom Limb es, por tanto, un pormenorizado trabajo creativo con la intención de establecer conexiones algorítmicas entre movimiento corporal, síntesis de sonido y vídeo generativo.
El resultado de la coreografía es brillante si se enfoca la obra como un espectáculo: el sonido tridimensional y la integración de soportes video-gráficos en la narración ―también ocupando todo el espacio disponible con el uso de cicloramas y una semi-pantalla transparente―, introducen al espectador en una nueva dimensión, tridimensional, etérea e incorpórea.
La danza de las cuatro intérpretes ―variedad de escorzos y diversidad de movimientos llevados al extremo― sin embargo tiene un punto chocante, incluso hiriente, en la formación de movimientos iniciales, especialmente de las extremidades ―probablemente, no se hayan percatado los autores de la cercanía a específicas discapacidades humanas, muy presentes en nuestra sociedad―.
Gracias a la espectacularidad de la coreografía se compensa la frialdad y el distanciamiento que produce el automatismo intrínseco a Phantom Limb ―que es, sobre todo, un constructo sobre las formas generativas de la danza―, por la casi omnipresencia de seres mutantes que la acción algorítmica de la inteligencia artificial proyecta en el escenario, donde la iluminación toma también partido por la despersonalización del ambiente. No obstante, podemos encontrar en los solos detrás de la pantalla transparente ―cuando el video-tracking entre seres artificiales y bailarines se acopla con más precisión y naturalidad― los momentos donde la manifestación de danza híbrida encuentra el punto justo de coordinación entre la creación humana y la artificiosa producción de las redes neuronales. DIARIO Bahía de Cádiz Francisco Mesa
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
Festival Internacional de Danza Contemporánea Cádiz en Danza.
‘Neural Narratives 1: Phantom Limb’. Muriel Romero, coreografía. Pablo Palacio, música. Daniel Bisig, simulación interactiva. Interpretación: Begoña Quiñones, Verónica Garzón, Alicia Narejos Y Muriel Romero. Iluminación: Pablo Palacio.
Lugar y día: Sala Central Lechera de Cádiz, 7 de junio de 2015. Asistencia: casi lleno.