CRÍTICA. La sesión del viernes día 12 del festival Cádiz en Danza en la Sala Central Lechera estuvo sustentada por dos obras de corta duración pero de una intensidad inigualable en este tipo de pequeñas composiciones: Au plus près du monde y Esquisse.
Hay que decir que la primera, Au plus près du monde, fue en realidad la versión abreviada de la obra original y homónima, de una hora larga de duración. Una obra afamada y celebrada desde su presentación hace tres años y que en Cádiz ha omitido la componente femenina del trío de su versión completa.
Sin la aportación de la componente femenina se tiene que cambiar necesariamente la idea generatriz de la obra al completo: “¿Cómo vivir y asumir los principios masculinos nada más que con el sometimiento o la negación de los arquetipos femeninos?”. De ahí que en la versión abreviada se amolden conceptualmente para dar sentido al extracto ofrecido con un interrogante ecléctico: “Dar la bienvenida sin entregarse, dar la bienvenida y mantenerse orgulloso ¿Puede la dinámica del escenario descubrir relaciones interpersonales además de las dicotomías e ir más allá de lo esperado y predeterminado? No se trata de una confrontación, sino de alcanzar un estado donde la aceptación no implica la rendición”. Explicación insustancial que con parecidas expresiones se presenta en muchas coreografías de dúos al uso.
En última instancia, el coreógrafo francés François Veyrunes ha seleccionado como carta de presentación de Au plus près du monde la parte final de su obra, que es también donde expone con más brillantez un concepto de danza-control con dos cuerpos bipolares en continua atracción y movimiento. La pieza se inicia como un paso a dos clásico donde predomina el sincronismo de movimientos y el suave engarce en las composiciones para dar paso enseguida a una interrelación física más compacta e intensa. La coreografía gana en intensidad progresivamente, así como la energía precisa para la elaboración de los composiciones, que acompasan su barroquismo estético –escorzos, posiciones invertidas, líneas divergentes, vivos contrastes, intensa expresividad- con la secuencia musical: aria barroca, prolongado silencio y recitado de texto (en francés), que se completa con la impresionante y memorable interpretación de la pieza. El aplauso recibido a la finalización se prolongó durante minutos y aún quedaron ganas de seguir vitoreando al magnífico dúo de intérpretes.
En la segunda parte, la bailarina Ruri Mitoh presentó su pieza Esquisse, menos espectacular que la anterior pero que también gustó al público. Con esta obra Mitoh ganó el Premio al mejor solo en el Festival Internacional de Danza Contemporánea de Canarias del año pasado. Esquisse significa bosquejo, y con este título la bailarina y creadora quiere significar que “esta pieza es un bosquejo de mí misma y también muestra el proceso de dibujarme a mí misma. Este es un proceso continuo y esta pieza no tiene final mientras yo siga viva. Observo mi cuerpo y constantemente lo dibujo y lo borro…”
Se inicia con una ventana de luz proyectada sobre el escenario donde se sitúa la bailarina; ventana que luego se desdibuja en la representación de la separación de la bailarina de su propio cuerpo, como si su ser interior aflorara a través de su cuerpo convertido en un pincel que dibuja imágenes. En ese acto de escribir, aflora la memoria de su vida que se expresa a través de composiciones irregulares aunque técnicamente irreprochables. Algunos elementos coreográficos remiten a ideas poco novedosas, como los trances episódicos de convulsiones, pero lo compensa con una exposición del cuerpo a flexiones extremas -especialmente significativo es el tratamiento de la cabeza hurtada a la vista del público-, y la plasticidad de algunos de sus apuntes caligráficos. Sin duda, el trazo de un vuelo de pájaro que surge a través de la ventana fue una de las más bellas estampas vividas en este festival hasta el momento. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
Festival Internacional de Danza Contemporánea Cádiz en Danza.
‘Au plus près du monde’. Cía 47-49. Dirección y coreografía: François Veyrunes. Bailarines: Jeremy Kouyoumdjian, Sylvère Lamotte. Asistente de dirección y puesta en escena: Christel Brink-Przygodda. ‘Esquisse’. Coreografía e interpretación: Ruri Mitoh. Vestuario: Tomoko Inamura. Música: Yuta Kumachi. Luces: Akiyo Kushida. Técnico: Robin Beitra.
Lugar y día: Sala Central Lechera de Cádiz, 12 de junio de 2015. Asistencia: lleno.