CRÍTICA. Los cineastas del documental Dorothé na vila se propusieron pasar, cuarenta años después, por los lugares que visitó Dorothé Schubarth en su recorrido por las aldeas gallegas con la intención de recopilar cántigas populares. El resultado del ingente y metódico trabajo de la musicóloga en la década de 1970-80 fue el enciclopédico Cancioneiro Popular Galego en el que participó Antón Santamarina ayudando a Dorothé en la redacción textual de las 5.000 piezas registradas.
El filme da cuenta de ambos viajes. El de los cineastas por los mismos lugares que visitó Dorothé; más el de realización de la película, con la intención de transmitir todo lo que les pasó en el desarrollo del documental; y el de Dorothé Schubarth contado a través de los archivos y del testimonio de terceras personas.
Por decisión personal, la investigadora suiza declinó intervenir en el documental. El motivo del rechazo fue destacar que el Cancioneiro no era suyo sino de todos los informantes, palabra con las que designa en su trabajo a quienes aportaban su voz y letras en la recopilación. Esto motivó un cambio de orientación de la grabación y la presencia de ambos cineastas en el firme. Ellos relatan en primera persona, asumiendo el peso de la narración, todo el proceso de grabación y las gestiones realizadas para conseguir la participación protagónica de la investigadora y sus correspondientes estados anímicos según las comunicaciones que intercambiaban: sorpresas, alegrías y, sobre todo, el desánimo ante el cúmulo de dificultades. Aunque, en último término, consiguieron registrar una intervención personal de Dorothé, muy breve, con más intención de la suiza de homenajear a quienes colaboraron con ella que otra cosa.
Como homenaje a Dorothé, el metacine aportado por Alejandro Gándara y Olaia Tubío -intrusivo y catafórico en la lectura del relato-, aporta mucho en el conocimiento de la musicóloga suiza, a pesar de lo poco que interviene ella. De ahí que en el documental resalte la honestidad y el compromiso social de Dorothé, una mujer celosa de su intimidad, pero también cariñosa y emocionalmente ligada a las aldeanas que conoció por Galicia y a un tiempo que ya se perdió de la memoria de muchos.
Su trabajo, el de todos, prácticamente ha quedado en el olvido; como han quedado casi todo el repertorio popular y la práctica de las foliadas después de cenar, al calor de la lumbre en las cocinas, y cantar cantigas de camino al trabajo y en las fiestas.
El documental se transforma así en la memoria del olvido: del Cancioneiro, de Dorothé, de una época increíble en la que las mujeres compartían la dureza del campo con los hombres para sobrevivir, de una cultura rural que se ha perdido a la par que ha ido enterrando a los protagonistas. Por eso, la melancolía se instala en el público que visualiza el testimonio gráfico y sonoro de una época ya anclada en el recuerdo; que se enternece con Victorina, con los comentarios de las nietas de Estrela -dos de las informantes-; con la patética humildad -sin metáfora- de Dorothé; con el relato de las costumbres instaladas en un pueblo para aliviar la dureza de su vida diaria, como cantar, tocar la pandereta y bailar, periclitadas porque todo cambió, ¿por fortuna?, justo al acabar Dorothé su trabajo. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DE LA PROYECCIÓN
Alcances 2021. Festival de Cine Documental de Cádiz
Sección Oficial
‘Dorothé na vila’ (España, 2020, 87 min.) Olaia Tubío y Alejandro Gándara, guion y dirección. Rubén Gasalla, fotografía. Lucía Estévez, montaje. Chus Silva, sonido.
Lugar y día: Teatro de la Tía Norica de Cádiz, 25 de setiembre de 2021.