CRÍTICA. El jurado de Alcances ha concedido el premio de esta edición 2014 en la categoría de largometraje al documental ‘Sobre la marxa’ “por su capacidad de relectura poética de una historia que reivindica la resistencia como opción de vida”. Convengamos que sin esa lectura poética la singular historia de Josep Pujiula ‘El Garrell’ deflactaría hacia solo un relato de las simpáticas ocurrencias del protagonista.
El documental sería sólo el registro de uno entre muchos trabajos que se escapan a la lógica de lo normal y cotidiano sin esa mirada, que transciende la vulgaridad de los materiales que utiliza ‘Garrell’ y la abigarrada acumulación de los productos de su creación para contemplarlos en el contexto de una obra artística. En ese sentido, resulta llamativo cómo la historiadora americana Jo Farg Hernández titula el análisis que realiza sobre el trabajo de medio centenar españoles, entre ellos el de Josep Pujiula: “Singular spaces. From the eccentric to the extraordinary in Spanish art environments”.
Singular es la transformación que realiza ‘El Garrell’ con sus propias manos en un pequeño bosque para convertirlo en su selva imaginada y defendida por él mismo, imitando a Tarzán, de los estragos de la civilización. El vandalismo, la construcción de una autovía y la protección hacia las personas son los motivos que le impulsan para destruir su obra, sin remordimientos y con cierto aire de satisfacción. No se sabe por qué acomete luego el mismo trabajo; incansable, con los mismos objetivos y con los mismos elementos, pero incrementando la magnitud física de su obra y aumentando con ello también su grandeza como personaje.
El título del libro mencionado anteriormente incide también en tres elementos imprescindibles para entender el trabajo de ‘El Garrell’: excéntrico, extraordinario y, no se olvide, artístico. La primera mitad del documental, un montaje de grabaciones caseras realizadas por un adolescente y con este interpretando el papel de Tarzán, sorprendentemente ágil aun cuando tenía unos cincuenta años, incide en destacar la excentricidad del personaje –es inevitable pensar en ese momento que estaba un poco “tocado”-.
Josep Pujiula es en esta parte de la historia un actor que actúa tanto como ‘Garrell’ como Tarzán, sin solución de continuidad. Para el espectador, esta parte se mantiene viva por los comentarios en off del realizador, que reinterpreta la historia obviando la excentricidad del protagonista y destacando el sustrato de transgresión militante que subyace en el mundo paralelo construido por Josep Pujiula. Pero a partir de la destrucción a fuego de su primera obra, surge la constatación que es extraordinaria la mimética reproducción de su proyecto, con los mismos bríos, con más edad y con mayores dimensiones. Cuando quema su obra por segunda vez e inicia un nuevo proyecto, se manifiesta con mayor claridad el ‘Garrell’ artista con la excavación de su propia tumba, que expande exteriormente en adornos singulares y el todo termina siendo un exponente indubitado de Art Brut –los planos donde se exhiben el resultado de su creación en esta fase construyen uno de los momentos más poéticos y bellos del documental-.
El interés de la película decae con la tercera reconstrucción de “la selva” y su intricado laberinto anexo. El realizador consciente de la pesadez del relato lo alivia con brevedad en las tomas, ya no se recrea en la acción como en la larga primera parte, y tiene más presencia lo que piensa ‘El Garrell’ sobre sí mismo y su obra. Sin embargo, a la par que decae el interés por su historia y su singular obra, aumenta la admiración y simpatía hacia el protagonista; ya no nos parece excéntrico, ni siquiera “curioso”, sino un alma noble que se expresa con cierta rudeza en las formas y que se inventa “sobre la marxa” cualquier pretexto para continuar creando incesantemente. Y, sorprendentemente, el resultado de esa creación “sobre la marxa” es bello. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA:
Alcances 46ª edición de la Muestra Cinematográfica del Atlántico
Programa Sección Oficial – Palmarés.
Sobre la marxa (2014, 77 min.) Dirección y guión: Jordi Morató. Reparto: Josep Pujiula (“Garrell”). Director de fotografía: Jordi Morató, Laia Ribas. Banda Sonora: Jordi Morató, Laia Ribas.
Lugar y día: Cádiz, 12 de setiembre de 2014.