Muchas veces los padres que adoramos el mundo del cómic nos encontramos ante una dificultad, encontrar material para poder “frikear” a nuestros pequeños. Hace años que desaparecieron casi todas las publicaciones infantiles, como el sello Bruguera con la que crecimos, afortunadamente aun hay reediciones de los Pitufos, Los Hombrecitos… pero se tratan de formatos en buena calidad y extensos. También solemos ver alguna adaptación de series de dibujos animados como Hora de Aventuras, El Maravilloso Mundo de Darwin, y de ánimes como Pokemon, Doraemon, pero estos tienen la dificultad de adaptar el estilo japonés de leer de derecha a izquierda, lo cual puede ser perjudicial para pequeños que están fraguando las bases del aprendizaje.
Aquí como producto patrio aun seguimos teniendo la suerte de contar con los amigos de Carmona en Viñetas. De la mano, siempre joven e ilusionada, de Rafael Jiménez tenemos un buen puñado de tebeos de distinta temática que harán las delicias de los pequeños, a la vez que cuentan con una gran ventaja, suelen ser autoconclusivos o a lo máximo un par de números, por lo que el dinero a arriesgar para que al final no sea lo que a los niños les guste no es gran cosa, comparado con los tomitos de adaptaciones Marvel por ejemplo.
Rafael tiene un sueño, un hermoso sueño, volver a recuperar la grandeza del tebeo, y tiene muy claro que esa base no ha de ser un puñado de cuarentones, entre los que me encuentro, la base ha de ser suelo fértil, ha de ser joven. Por lo que él en su tiempo libre, sacrificando mucho de su vida, da charlas a los pequeños, en centros, colegios y bibliotecas, el tiene su mejor baza en su propia hija, la cual le acompaña en muchas ocasiones. Y es que asistir a una de esas reuniones es respirar amor por las viñetas, es esperanza entre bocadillos y onomatopeyas, es pensar que algún día, espero que no muy lejano el tebeo resucitara.
Entre las obras que nos ofrecen para los más jóvenes de la casa podemos citar los siguientes. ¡Ojo que sean tebeos para niños no quiere decir que sean infantiles! Todos tienen una gran virtud, un guión solido y bien estructurado, algo que contribuye a enseñar pautas de comprensión y seguimiento de una historia.
Globu Lex: Asalto al arteria exprés: guionizado por Rafael Jiménez y dibujado por Álvaro J. Vergara, un chaval que parece que ha nacido en la antigua escuela Bruguera, como destilan sus viñetas a Ibáñez, Raf y Escobar. Un tebeo perfecto para iniciar a los más pequeños en el sistema circulatorio, el Arteria Express es el tren encargado de llevar a los nutrientes a lo largo del cuerpo y Globu Lex y su fiel amigo Fagocito son los encargados de defenderlo ante los ataques de los virus y bacterias. Un toque de oeste más Erase una Vez el Cuerpo Humano y tenemos un tebeo que encandilará a los más pequeños y a los mayores nos hará recordar nuestra infancia.
Súper héroes de recreo: de Rafael Jiménez y Zaviev (Alberto L. García), el preferido de mis pequeños, un matón de patio, un niño de papá, tiene aterrorizado al resto de alumnos, y solo un puñado de frikis le hará frente, utilizando para ello su inteligencia y amor propio. Una preciosa historia sobre el “salvaje” mundo del recreo, el bulling y el enchufismo se hace patente en este tebeo.
El mundo en palabras: de Nuria Velasco, una historia preciosa, cargada de positividad, con un dibujo y color que llama la atención desde leguas. Sustantivo es una pequeña que el día de su cumpleaños ve como no hay nadie en casa, así que decide ir a vivir una aventura, en el bosque conocerá a un espíritu elemental que le pondrá pruebas. Una hermosa historia de superación y bondad que cala hondo.
Gustavo y sus leyendas: de Rafael Jiménez y Ana Morales. Nos cuenta cómo vivió el joven Gustavo Adolfo Becker la realidad de Maese Pérez el Organista. Una historia detectivesca desde la perspectiva de tres niños, donde abundan los colores terrosos para ayudar a la idea del pasado que quieren dar sus autores, merito este de Miguel Ángel García.
El último cromo: de la mano de Maxi González al guión, Xavier Lerougue al dibujo y Carlos Ríos al color. Una obra más juvenil, mucho más maduro, ambientado en los 80, en una barriada de trabajadores, cuando se regalaban álbumes y estampas en las salidas del colegio. Aquí se tratan temas más serios como la droga, las malas compañías, los primeros amores que nunca se olvidan, todo ambientado en una atmosfera con un aire de terror. Deseando leer el desenlace.
Obras más que recomendables, y espero que solo sean el germen de muchas más, porque mientras haya niños que hereden nuestros tebeos, el nuestro será un amor que no se extinguirá. DIARIO Bahía de Cádiz