¡Es muy difícil escribir sobre Hulk! Es un personaje tremendamente complicado, complejo y a la vez tan sencillo que cuesta sacar buenas historias. Posiblemente el alter ego del Dr. Banner es de los personajes de Marvel que más cambios radicales ha sufrido, de un forzudo gris y astuto para sus creadores Stan Lee y Jack Kirby, a un gigantesco ser verde infantil, mafioso gris que solo emergía de noche, controlado por la mente de Banner o un auténtico superhéroe, el Superman de Marvel, listo, moderno, simpático… toda una gama de caracteres donde cada lector podía escoger.
En esta etapa Paul Jenkins se adentrará más en la psique del atormentado ser, arranca con Bruce Banner despidiéndose de su amada Betty Ross y con la enfermedad de Lou Gehrig (es como los estadounidenses conocen la Esclerosis Lateral Amiostrófica, en honor al jugador de Baseball), las primeras páginas con el científico ante la tumba de su esposa son poesía pura, Bruce ha llegado a un pacto con sus «otros yo», les dejará el mando y el desaparecerá en los rincones de la mente, no quiere saber cómo se irán turnando los Hulks (el destructor, el mafioso Mr. Fixit y el inteligente). Pero obviamente nada en la vida de Bruce Banner es sencillo, pronto el ejercito volverá a acosarle de la mano del General Ryker, un fanático que está dispuesto a arrasar con lo que sea con tal de detenerle, para ello no dudará en usar experimentos con rayos Gamma, los mismos que crearon a Hulk, en la forma de perros irradiados, inspiración que usaría Ang Lee en su versión en la gran pantalla, y otras aberraciones.
Paul Jenkins teje una aventura muy sólida, profundizando aun más en las personalidades de Hulk, con un toque de critica militarista, la destrucción que genera la caza del monstruo, está muy por encima de los daños que él podría efectuar, el General no tiene ningún tipo de restricciones morales a la hora de lograr su propósito: atacar a seres queridos, arrasar zonas pobladas, engaño… Toda la historia está aderezada con un gran número de víctimas y perdedores que le confieren profundidad y humanidad a la trama.
El dibujo Ron Garney acompaña perfectamente a la historia, un buen equilibrio en esta pareja creativa. Ron juega con todo tipo de composiciones viñetas pequeñas, flashback, los planos y las tintas cambian según el desarrollo de los acontecimientos, sin ser una obra de arte en cuanto a lápices, logra dejar un buen sabor de boca, acompañando a la perfección los guiones.
Una gran historia que hará las delicias a los fans de los cómics de superhéroes y también deberían echarle un ojo los fanáticos de las conspiraciones militares. DIARIO Bahía de Cádiz Manuel Santamaría Barrios
‘Hulk: los perros de la guerra’
Guión: Paul Jenkins, dibujo Ron Garney
Publicado originalmente en The incredible Hulk vol. 3 nº 14 (mayo 2000) y nº 20 (noviembre 2000)