Batman: año uno (Batman: year one), de Frank Miller y David Mazzucchelli, es probablemente la mejor historia de Batman jamás contada, con permiso de Batman: el regreso del Caballero Oscuro (The Dark Knight returns), del propio Frank Miller.
Con eso ya debería estar todo dicho y debería también ser suficiente para que dejarais de leer inmediatamente y os lanzarais a descubrir esta joya, los que no las conozcáis, o a releerla los que los que la conocéis y que sin duda estaréis de acuerdo con esa afirmación. ¿Pero qué hace de Batman: año uno un cómic capaz de merecer una afirmación tan rotunda y arriesgada? ¿No estaremos exagerando?
Batman: año uno se publicaba en 1987, en cuatro entregas, situadas entre los números 404 y 407 de la serie regular Batman. La historia era obra de Frank Miller, al guión, y David Mazzucchelli al dibujo.
Miller venía de revolucionar el mundo del cómic, primero como dibujante, autor junto Chris Claremont de la Serie Limitada Wolverine, la mejor historia jamás contada del mutante canadiense de los X-Men, de la que ya hablamos en estas páginas, y luego como guionista, autor, junto a David Mazzucchelli de Born again, la mejor historia jamás contada de Daredevil, que también habréis visto comentada aquí.
Así, tenemos por un lado a un Frank Miller en la cúspide de su creatividad y con la vitola de ser el creador de “la mejor historia de (poner nombre de personaje)”; tenemos a un David Mazzucchelli que se había consagrado como un artista realmente extraordinario en la propia Born Again; y tenemos a Batman, uno de esos personajes que dan pie a hacer grandes historias con ellos.
Este cómic narra el primer año de la carrera contra el crimen del Caballero de la Noche, y la llegada a Gotham del Teniente de policía James Gordon. Una historia sobre el origen de Batman que, sin embargo, no es la típica historia de nacimiento del superhéroe, en donde éste decide ponerse las mallas y enfrentarse a una amenaza inminente, o a un enemigo superpoderoso. El relato nos muestra la evolución de ambos protagonistas a lo largo de once meses de forma paralela, y asistimos a cómo Batman inicia su cruzada y comete sus primeros errores y aprende de ellos; y a cómo Gordon intenta mantenerse íntegro y se enfrenta no solo al crimen que infesta la ciudad sino también a la corrupción de sus propios compañeros, mientras intenta mantener una vida digna con su esposa embarazada, en una ciudad que detesta y de la que desearía huir para ofrecer algo mejor a su familia.
Es la historia de dos hombres, que llegan a una ciudad que es quizá la verdadera protagonista de esta historia, la omnipresente y abominable Gotham City. Es una historia de dos hombres tratando de hacer lo correcto, buscando su razón de ser, y moviéndose hacia la oscuridad, porque esa es la única manera de combatir el crimen en una ciudad corrompida hasta la médula.
Y todo esto contado, por un lado, por un Frank Miller en la cúspide de su carrera, construyen una historia épica e impresionante pero sin usar grandes golpes de efecto, ni escenas espectaculares con fuegos de artificio, escenas de lucha a doble página y enormes onomatopeyas que digas “¡Eh, mira, estamos haciendo algo grande!”. Miller hace un enorme ejercicio de sobriedad, dejando que la historia vaya creciendo por sí sola, sin forzarla, que los personajes se vayan definiendo, evolucionando, y haciendo un uso magistral de los personajes secundarios, a los que es capaz de definir en apenas dos frases. Y esto dota a la historia de un realismo, una credibilidad y, sobre todo, de una humanidad abrumadora. Porque esta es una historia muy humana, con, eso sí, ese toque de género negro marca de la casa y al que tan buen uso dio en obras anteriores como Born again.
Por su parte, el trabajo de Mazzucchelli es soberbio, estamos ante un artista en estado de gracia, que realiza el que probablemente sea el mejor trabajo de su carrera, y que, con trazos muy simples, un estilo realista, y un dominio apabullante del dibujo, la composición y la narración, logra contar la historia como pocos lo habrían conseguido.
Así, Batman: año uno supuso el empujón definitivo que Batman necesitaba para recuperar su estatus de mito, tras la deriva que supusieron los primeros años de la década de los 80 del siglo pasado. Es la versión definitiva del personaje, y sentó las bases que siguieron numerosas obras posteriores, e incluso el mismo Christopher Nolan en la película Batman begins, en la que llega a incluir escenas sacadas directamente del cómic.
Esta es posiblemente la historia definitiva de Batman, la mejor narrada, la mejor dibujada… ¿No estaremos exagerando? No. DIARIO Bahía de Cádiz José Manuel Puyana
‘Batman: año uno’
Título original: Batman: year one
Fecha de edición: 1988, por DC Comics
Guión: Frank Miller
Dibujo: David Mazzucchelli
Tinta: Richmond Lewis