La Guardia Civil ha detenido a una persona en Chiclana como presunto autor de un delito de apropiación indebida, siendo su víctima un anciano de 71 años de edad, la cual había firmado un poder notarial a este “amigo” que le otorgaba capacidad ilimitada para hacer y deshacer a su voluntad sobre sus bienes y patrimonio. Se calcula que le habría estafado unos 400.000 euros, llegando incluso a vender un piso de propiedad de esta persona mayor y provocando el embargo de la finca donde malvive sin agua ni puertas o ventanas.
La Guardia Civil ha detenido a una persona en Chiclana como presunto autor de un delito de apropiación indebida, siendo su víctima una persona de avanzada edad, la cual había firmado un poder notarial a este individuo que le otorgaba capacidad ilimitada para hacer y deshacer a su voluntad sobre sus bienes y patrimonio. El anciano se había puesto en sus manos debido a la relación de amistad que mantenían y a falsas promesas.
Se calcula que la cuantía de la apropiación de los bienes ascendería a más de 400.000 euros, llegando incluso a vender un piso propiedad del estafado y provocando el embargo de la finca donde malvive en la ciudad. Con esta actuación de la Benemérita “se pone una vez más de manifiesto” el firme compromiso con el Plan Mayor de Seguridad, por el que se busca romper con el aislamiento de los mayores a la vez que se les proporciona un entorno seguro.
Los hechos tuvieron lugar cuando los guardias civiles encargados de este plan tuvieron conocimiento a través de distintas instituciones locales de que un anciano de la localidad de 71 años y con sus facultades físicas mermadas, podría estar siendo víctima de algún tipo de estafa o acto delictivo ya que malvivía en una finca rural, sin agua ni puertas o ventanas, en un estado de total abandono y en unas pésimas condiciones higiénico sanitarias, se relata en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Ante tal extremo, se activó un protocolo de seguimiento del caso al objeto de verificar si alguien pudiera estar aprovechándose del anciano, llegando a la conclusión de que a pesar de que debería gozar de una posición económica desahogada, debido a la pensión que percibe, malvivía en un estado total de abandono.
Los guardias civiles verificaron la situación personal de esta persona mediante una visita a su domicilio donde, según relataron los propios agentes, “se les cayó el alma a los pies”. El estado de la vivienda era tal, que carecía de puertas, ventanas, agua corriente ni de ningún elemento que proporcionara calor ante las bajas temperaturas. A ello había que sumar que el anciano había sufrido varias amputaciones de dedos de los pies, debido a una diabetes que no se trataba, no realizando ninguna comida preparada y subsistiendo a base de algunas latas de comida que le traía este “amigo”, Agustín, la persona que le llevaba sus asuntos, además de traerle algún dinero de su pensión, “unos 50 euros cada mes”.
Ante tal extremo, se le trasladó hasta el centro de salud Viamed de la localidad. Tras la primera exploración facultativa, quedó ingresado en hospital para su tratamiento y recuperación.
SE INICIA LA INVESTIGACIÓN
De manera inmediata se procedió a la investigación de las circunstancia que habrían llevado a este vecino a la situación en la que se encontraba, solicitando de los servicios sociales municipales la adjudicación de una plaza en una residencia para mayores donde pudiera estar mejor atendido.
Las primeras gestiones pusieron de manifiesto que hace más de diez años que el anciano otorgó un poder notarial a ese “Agustín”, que le confería facultades ilimitadas para obrar sobre sus bienes, sin necesidad de darle explicaciones; esto le había llevado a vender un piso en San Fernando por unos 160.000 euros, del cual el propietario no recibió un solo euro; o a hipotecar la finca donde vivía el anciano, por una cantidad que tampoco recibió, dejando de hacer frente a los pagos de dicha hipoteca, motivo por el que la propiedad se encontraba embargada en la actualidad.
La Guardia Civil constató que tal y como se ingresaba la pensión, unos 1.300 euros, el “amigo” retiraba la totalidad de la misma, dejando apenas unos euros para mantener activa la cuenta, cuya libreta y tarjeta asociada poseía y manejaba el. En diciembre tras cobrar la paga extra, retiró 2.600 euros “y al anciano le llevó unas latas de comida preparada y 150 euros, que según declaró el anciano era la cantidad más alta que le había proporcionado”.
Tras la recuperación del anciano, se procedió a tomarle declaración como perjudicado, quedando de manifiesto una evidente mala fe en la actuación de su “amigo”. Y a continuación se llamó a declarar a “Agustín”, en calidad de detenido ante la titular del Juzgado Mixto número 4 de los de Chiclana.
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