La Junta General de la empresa municipal Chiclana Natural ha aprobado el inicio del expediente de contratación del servicio de limpieza de playas y urbanizaciones del litoral, que supondrá doblar el gasto actual, pasando de 800.000 euros a hasta 1,6 millones de euros anuales (sin IVA, más de 1,9 millones con IVA). Este incremento, que en todo caso se reflejará ya la próxima temporada de 2023, se traducirá en más servicios de baldeo, la ampliación de zonas de limpieza, renovación de maquinaria y mejoras laborales.
A colación, el concejal de Medio Ambiente, Roberto Palmero, ha recordado que “hace poco anunciamos la puesta en marcha del nuevo pliego del servicio de limpieza viaria, que recuperaba gran parte de lo perdido durante el gobierno local del PP, duplicando la limpieza en las barriadas, además de mejoras de los vehículos, todo ello con un acuerdo previo con los trabajadores. Y ahora venimos a anunciar el nuevo pliego para el servicio de limpieza de playas”.
“Chiclana ha crecido muchísimo, tanto en población como turísticamente hablando, y teníamos que dar este plus de excelencia, llegando a todos los sitios y adaptándonos a las actuales circunstancias, entre ellas, festivales como Concert Music y luchando contra el cambio climático”, ha anotado además el concejal de IU y también vicepresidente de Chiclana Natural.
De la misma forma, el alcalde José María Román ha aplaudido este nuevo pliego del servicio privatizado de limpieza de playas, pinares y urbanizaciones desde el Carrojalilla hasta la costa (actualmente explotado por la UTE Urbaser-Playas del Atlántico). “Con el incremento poblacional y turístico, habíamos detectado problemas de baldeo en zonas residenciales y acerado, por lo que se incrementa este servicio, además de la periodicidad de las actuaciones y el tiempo, pasando de seis meses a prácticamente todo el año”, ha avanzado.
Asegura el primer edil socialista en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que de cara a la próxima contrata se contemplan “mejoras muy significativas, que van a notar los que viven en la zona de la playa y los usuarios de las mismas”. “No solo se va a actuar en la propia playa, sino que también se actúa en las urbanizaciones de la costa, en los pinares públicos y en las torrenteras que bajan hacia la playa”.
Además, “habrá un control del consumo de agua y se contará con maquinaria menos contaminante y menos ruidosa, mientras que los vehículos estarán controlados por GPS”. Y para un “mayor control” de la empresa adjudicataria, “se llevará a cabo anualmente una auditoría externa, en la que se nos informará sobre el grado de cumplimiento del servicio”. Finalmente, en materia laboral, “los trabajadores van a ver mejorada su situación”, sin mucho más detalle.