La Guardia Civil ha desarticulado un importante punto de venta de droga en Chiclana, ubicado en un taller mecánico clandestino –cercano a un colegio- que sus dos responsables utilizaban como punto de distribución de cocaína al menudeo. La vivienda de los padres del cabecilla, justo en frente, se utilizaba como almacén de la coca y lugar de preparación de las dosis.
La Guardia Civil ha desarticulado, en la operación ‘Mecanic’, un importante punto de venta de droga en Chiclana, ubicado en un taller mecánico clandestino que sus dos responsables utilizaban como punto de distribución de cocaína al menudeo.
La vivienda familiar del responsable del negocio irregular -de los padres del cabecilla- se utilizaba como almacén de la coca y lugar de preparación de las dosis. El taller se ubicaba junto a un colegio, por lo que las vigilancias que los guardias civiles realizan dentro del denominado Plan Director para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos y sus entornos, dieron la primera voz de alarma.
Tras realizar dos registros en el taller y en la vivienda, la Guardia Civil se ha incautado de numerosas dosis de cocaína, más de 125 gramos de cocaína en roca de gran pureza, dinero fraccionado fruto de las ventas de estupefacientes, siete teléfonos móviles, material para la manipulación y corte de la droga y varias piezas de joyería con las que los compradores podrían haber pagado sus dosis. Además se ha puesto a disposición de la autoridad judicial a dos personas, una de las cuales ha ingresado ya en prisión preventiva.
La operación, según se relata en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, se abría al inicio del presente curso escolar, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de que en un taller de la localidad se estaría vendiendo cocaína, teniendo como única referencia que el punto de venta se encontraba al lado de un colegio.
Ante esta situación, se reforzaron los dispositivos de vigilancia que se realizan en los centros educativos y sus alrededores. Ello dio como resultado la interceptación en diversas ocasiones de consumidores a los que se les intervinieron pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes, dándose la circunstancia de que diversas aprehensiones que se realizaron, se habían producido cerca de un garaje, donde dos jóvenes se dedicaban a la reparación de vehículos a motor.
La Guardia Civil estableció un operativo policial que descubrió que el cabecilla de la trama, con antecedentes por tráfico de drogas, utilizaba un garaje alquilado como taller de reparación de vehículos, “actividad que realizaba sin ningún tipo de licencia o permiso”, y donde se observaba la frecuente ida y venida de consumidores de sustancias. Se pudo comprobar que las dos personas que “trabajaban” aquí se dedicaban además a la venta de papelinas de cocaína, realizando uno de ellos las labores de vigilancia para detectar la posible presencia de los agentes. Cuando se quedaban sin existencias de dosis, el cabecilla cruzaba la calle hasta la vivienda familiar para preparar nuevas papelinas, quedando su socio al frente del supuesto negocio.
Tras obtener el correspondiente mandamiento judicial de entrada y registro para el domicilio y el taller, los guardias civiles lo efectuaron de forma simultánea, hallando en el taller varias dosis listas para la venta, así como una balanza de precisión y numerosos efectos relacionados con el ilícito negocio, entre los que se encontraban incluso una agenda con anotaciones de pagos pendientes y cantidades de sustancia encargadas. En el registro del taller también estuvieron presentes inspectores de Trabajo, los cuales tomaron buena nota de las diferentes irregularidades cuyas actas de infracción han sido remitidas a las autoridades competentes en materia de Seguridad e Higiene en el Trabajo, Medio Ambiente, Industria y Seguridad Social.
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