La Guardia Civil, tras denuncias presentadas por administraciones, protectoras de animales y vecinos de la zona, ha rescatado a medio centenar de animales de una perrera ilegal ubicada en Chiclana, donde su propietario los hacinaba sin agua, alimentación adecuada y las más elementales condiciones de habitabilidad. Tras la intervención del Seprona, los 42 perros, tres gatos, un caballo, un poni y un asno, han quedado bajo el cuidado de asociaciones autorizadas.
La Guardia Civil ha rescatado a medio centenar de animales de una perrera ilegal ubicada en Chiclana, donde su propietario los hacinaba sin agua, alimentación adecuada y las más elementales condiciones de habitabilidad. Tras la intervención del Seprona, los 42 perros, tres gatos, un caballo, un poni y un asno, han quedado bajo el cuidado de distintas protectoras de animales locales.
Una vez obtenido el mandamiento judicial de entrada y registro para la finca donde se ubicaba esta perrera irregular, al propietario se le imputó un delito contra la flora, la fauna y los animales domésticos, estando prevista su declaración en sede judicial. La actuación del Seprona es el resultado de diversas denuncias presentadas por administraciones, asociaciones de protectoras de animales y vecinos.
Todas estas denuncias, se resalta en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, han venido a respaldar las distintas actuaciones realizadas por parte de los agentes del Seprona, los cuales llevaban varios años denunciando los hechos de forma administrativa, por lo que una vez recopilada toda la información relativa al lugar donde se encontraban los animales, se presentó a la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de los de Chiclana, una solicitud de entrada y registro de la finca en cuestión, siendo concedida para la mañana del pasado 6 de febrero.
Lo que los guardias civiles se encontraron allí era “un escenario desolador para cualquiera”, ya que en el interior se encontraban 42 perros de distintas razas y tamaños “en un estado de total abandono, sin el más mínimo aseo, sin agua, sin alimentos y con el testimonio de un saco de pan duro lleno de moho como único sustento para los animales”, los cuales “se encontraban entre sus propios excrementos encerrados en distintas jaulas y algunos de ellos sin ni siquiera ver la luz”.
Estos agentes, apoyados por la Policía Local, fueron sacando uno a uno a los animales de aquel lugar, comprobando que la práctica totalidad de ellos carecían de microchip de identificación, “y debiendo buscar agua en viviendas cercanas ya que los animales se encontraban prácticamente deshidratados”.
Tras la intervención realizada en presencia de la Letrada de la administración de Justicia y de la Veterinaria municipal de Salud, los 42 perros, tres gatos y tres équidos, quedaron depositados en varias asociaciones de protección animal autorizadas, y a disposición Judicial. El propietario de la finca, ha sido emplazado para declarar en sede judicial como presunto autor de un delito contra la protección de la flora, fauna y animales domésticos.
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