El alcalde de Chiclana, José María Román, ha presidido el acto de descubrimiento de una placa conmemorativa en honor a Augusto Moreira Da Silva ‘El Portugués’, fallecido el pasado mes de abril a los 79 años de edad, en la fachada de su domicilio, en la plaza de Panzacola, 1.
A petición de los vecinos de la barriada (se recogieron más de 260 firmas), se ha celebrado este homenaje en el que han estado presentes su viuda, familiares y vecinos.
Nacido cerca de Oporto en 1939, en la década de los años 50 su familia emigró a Venezuela a buscarse la vida. Allí, Augusto realizó infinidad de trabajos de albañil, repartidor, conductor de camiones y autobuses, mecánico, etcétera. Y con 19 años, conoció a Remedios, a la que él llamaba ‘La Gitana’: una chiclanera que también había emigrado y con la que se casó en el año 1962. Pasado unos años se trasladaron a España, en pleno franquismo. Se instalaron en Chiclana, concretamente en la barriada de Panzacola. Los inicios no fueron fáciles. Con el tiempo, trabajó como chófer en Autocares Rico y posteriormente en Tranvía de Cádiz, “siendo muy querido por todo el personal de la empresa y ganándose el cariño de todos hasta su jubilación”.
En este acto, según se ha trasladado a DIARIO Bahía de Cádiz, el alcalde ha destacado que, “según nos dicen sus propios vecinos, Augusto Moreira fue un referente de la vecindad y no le importaba ayudar a quien fuera”.
“Mi amigo Lorenzo me trasladó la importancia de este acto y hoy se puede comprobar el cariño que le tiene esta barriada de Panzacola a Augusto”, ha expresado Román, quien ha añadido que “se puede poner una placa, pero tener el respaldo sincero de sus vecinos es especial y demuestra el cariño de Augusto hacia sus vecinos”. “A pesar de que dicen que los tiempos van cambiando, en esta barriada se demuestra que la gente le tiene mucho cariño”, ha recalcado.
Por su parte, Juan Manuel Dorantes, amigo de la familia, ha recordado la vida de Augusto Moreira desde su infancia en su localidad natal de Alfena hasta su emigración a Venezuela y regreso a España, concretamente en Chiclana. “Amigo de sus amigos, siempre pendiente de la vecindad, ayudaba en lo que fuera necesario, ya sea en la recogida de basura, ayuda a las vecinas, limpieza de la zona. Lo mismo arreglaba una moto que un coche, tractor o bicicleta y si tenía que llevar algún vehículo a pasar la ITV, lo hacía. Se trataba de una persona de gran corazón con los niños, que le llamaban cariñosamente ‘Papi’”, ha expresado.
“Hombre con el corazón dividido en dos, Portugal y España. Lo mismo le gustaba un fado que una sevillana, un vino de Oporto que un Chiclanero, un trozo de bacalao que una butifarra de la carnicería Juanito”, ha recordado Dorantes.
Este amigo ha seguido recordando que “todavía queda en el recuerdo esa voz en la plazoleta llamando a sus amigos en voz alta ‘Molondro’, el sonido de las herramientas cayendo en el suelo, o verlo meterse debajo del coche de quien lo necesitara, conocido o desconocido, la chispa de las pinzas de batería y un largo etcétera”.