Más de 400 vecinos de Chiclana colindantes con los terrenos de la antigua Vipren han presentado alegaciones oponiéndose a que se instale en esta zona una planta de secadero de residuos de subproductos agrícolas, procedentes de las empresas Azucarera de Jerez y de la cooperativa de tomates Las Marismas de Lebrija. Los malos olores y la proliferación de insectos, así como las partículas de polvo en suspensión, entre las razones para oponerse al proyecto.
Más de 400 vecinos de Chiclana colindantes con los terrenos de la antigua Vipren han presentado alegaciones oponiéndose a que se instale en esta zona del extrarradio una planta de secadero de residuos de subproductos agrícolas, procedentes de las empresas Azucarera de Jerez y de la cooperativa de tomates Las Marismas de Lebrija (Sevilla).
La Asociación de Vecinos La Laguna dice no entender cómo estas empresas desean instalar estos proyectos en una zona urbana, cuando existen otras alternativas como las plantas que ya poseen en Sevilla y en Extremadura: “creemos que esta actividad debe de estar alejada de la población (en el campo) por ser una actividad molesta, nociva, e insalubre. No entendemos las razones por las cuales apuestan por Chiclana, cuando tienen unos secaderos ya en otros lugares más cercanos y que supondría un ahorro en costes de transportes, o es que ¿acaso tienen problemas con los habitantes vecinos de Sevilla? También tienen como alternativas poner la planta en Miramundo, donde no molestarían a ningún vecino”.
Estos desechos de la pulpa de remolacha y la pulpa de tomate irían sobre una losa de hormigón de 200.000 metros cuadrado al aire libre. Entre las razones que se aducen para rechazar la planta están “los malos olores y la proliferación de plagas de insectos, así como las partículas de polvo en suspensión que generaría el volteo diario de unas 180 toneladas que se desplazarían diariamente a Chiclana”.
Ya en la primavera del año 2014 la empresa Azucarera Iberia intentó instalarse en la misma zona, y tras la oposición de los vecinos y las alegaciones presentadas, el Ayuntamiento no otorgó licencia para dicha actividad de secadero de pulpa de remolacha. En el mismo sentido, residentes jerezanos de Guadalcacin, tras las protestas contra la planta de secadero de pulpa de remolacha instalada en dicha pedanía, esta fue cerrada por los malos olores así como las plagas de insectos y el polvo a la atmósfera que desprendía.
Estos vecinos, en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, señalan que de implantarse la planta en esta zona de población cercana a los 2.000 habitantes “se estaría jugando con su salud”, incidiendo sobre todo a residentes del cerro Santa Cruz, La Coquina, Pago del Amorautz y aledaños al cementerio viejo San Juan Bautista; además, se considera que también afectará al suelo y fauna del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y a la población vecina de San Fernando, así como a todo el litoral costero desde Sancti Petri hasta Conil, en los días de fuertes vientos de levante y poniente.
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