Las instalaciones del Centro de Interpretación del Vino y la Sal, en la plaza de Las Bodegas de Chiclana, han estrenado estos días ‘Colección Marín’.
Este nuevo espacio expositivo muestra a vecinos y turistas parte de la amplia colección de Muñecas Marín, que fue donada al Ayuntamiento por la familia del artista local en el año 1999 y que constituía el grueso expositivo del Museo Marín, inaugurado dos años antes, en las instalaciones de la Fábrica Marín, situada entonces en la calle Arroyuelo; cesó su actividad comercial en 2014 (cuando ya se había trasladado a la carretera del Pinar de Los Franceses) a causa de la crisis-estafa, y tras más de ocho décadas de existencia. Sus productos más famosos fueron esas muñecas con trajes de flamenca que en épocas pasadas, y superadas, muchas familias colocaban en muebles del salón e incluso el televisor.
Viene a sumarse a otros equipamientos culturales con los que el Ayuntamiento ha ido dotando a la ciudad en los últimos años, como el propio Centro de Interpretación del Vino y la Sal, el Museo de la ciudad, el Museo Municipal Francisco Montes ‘Paquiro’, y el Centro Transfronterizo Fábrica de la Luz, al que el próximo año también se sumará el Centro de Interpretación del yacimiento fenicio del Cerro del Castillo.
“Es un día muy especial e importante, como no para la familia Marín Andrade, pero también para la ciudad, puesto que la colección que inauguramos supone recuperar un periodo muy importante de la historia, que supone prácticamente casi todo el siglo XX y el comienzo del siglo XXI”, remarcaba en la inauguración la primera teniente de alcalde, Ana González, que disculpaba la ausencia del alcalde, José María Román, por Covid-19.
“La Fábrica Marín fue un hito muy importante, que no se va a olvidar ni se puede olvidar. Y esta colección va a recordar a todo el mundo la importancia de lo que supuso, en todos los sentidos, la fábrica de Muñecas Marín”, incidía la socialista.
Asimismo, González ha resaltado que “la donación que la familia Marín Andrade hizo en su momento al Ayuntamiento para que, el día que la fábrica no existiera, fuera expuesta es una garantía de perdurabilidad de la memoria histórica de la Fábrica Marín y de lo que supuso aquellas muñecas artesanales, que se hicieron famosas en todo el mundo”. “Así, tomamos el testigo, y formalizamos el compromiso que se adoptó en el momento que aceptó la donación”, apostillaba, añadiendo que “además de ello, creemos que hay posibilidades de hacer más cosas”; al respecto, se sondeará por ejemplo crear souvenirs y recuerdos de Chiclana en torno a Muñecas Marín.
“Creo que hemos cumplido con nuestra función y con nuestra misión y solo queda felicitar a las personas que han sido artífices de un modelo de espacio expositivo que fuese bello, elegante, atractivo, singular y, al mismo tiempo, con el recuerdo y la memoria hacia el fundador de la fábrica, don José Marín Verdugo”, concluía la representante del equipo de Gobierno.
“MERECIDO PREMIO A UNA TRAYECTORIA INTERNACIONAL”
Por su parte, como portavoz de la familia Marín Andrade, Antonio Marín ha resaltado que “este espacio expositivo de Muñecas Marín es el merecido premio a una trayectoria internacional llevando por el mundo el nombre de Chiclana y la excelencia de sus creaciones artísticas”. “Apostar por esta colección significa, por una parte, dejar constancia del excepcional legado artístico y, por otro, incorporar un espacio cultural a Chiclana”, entiende.
“Sin vislumbrarse aún el cierre de la fábrica, ya se firmó la donación de la colección al pueblo de Chiclana para que permaneciera formando parte de su patrimonio artístico”, ha indicado Antonio Marín, quien ha recordado la figura de su padre José Marín Verdugo y su legado empresarial y artístico. “Pepe Marín no solo fue un artista con recursos, fue también el gran maestro que supo enseñar todo aquello que él sabía hacer para que todos pudieran hacerlo”, ha destacado su hijo, quien ha añadido que “las Muñecas Marín han sido embajadoras del arte español”. Asimismo, ha resaltado “la ayuda inestimable de nuestra madre Antoñita Andrade, que trabajó codo con codo con él y fue un pilar extraordinario de la familia, y su hija, que con su arte, oficio y esfuerzo, se convirtió en una de las diseñadoras de muñecas más importante a nivel internacional”.
Finalmente, Ernesto Marín, también exalcalde de Chiclana, ha recordado su llegada a la Fábrica Marín, “donde pude comprobar la transcendencia de las decisiones que había tomado mi padre”. “Además, tras poner en marcha el pequeño museo en 1996, en un viaje de trabajo a Barcelona pude comprobar la importancia que tuvo mi padre en España al ver sus muñecas en un museo privado; tras esto, planteé a mis hermanos donar una parte de la colección, lo más grande que tenía la familia, con el objetivo de que la importancia de lo que había hecho mi padre quedara para la historia”.