La empresa pública Chiclana Natural, junto a la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas), ha decidido ampliar la campaña de concienciación ‘El mar empieza aquí’. La iniciativa, iniciada en la ciudad en junio de 2021 y que meses antes se implantaba en la capital gaditana, consiste en la colocación de placas en los imbornales de pluviales con la inscripción ‘No tires nada. El mar empieza aquí’.
La campaña promovida por Aeopas ha dado lugar a que otros muchos municipios costeros, o con conexión pluvial, se hayan sumado a ella. En el caso de Chiclana, se trata de un enclave especialmente sensible a esta problemática, pues su situación junto al mar, caños y marismas la hacen más vulnerable que otras localidades.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el concejal de Medio Ambiente, Roberto Palmero, detalla que “debido la buena acogida que tuvo la iniciativa y, con el objeto de ampliar su visibilidad a otras zonas del municipio, se están colocando 50 nuevas placas para sensibilizar y concienciar a la población de la necesidad de evitar tirar residuos a los imbornales, ya que estos pueden ser arrastrados por las aguas al mar”.
Por su proximidad a La Barrosa y a Sancti Petri, las nuevas placas se van a colocar en toda la zona litoral, incluyendo pasos peatonales, entornos de los centros comerciales, el poblado de Sancti Petri y también en el entorno del paseo marítimo. Ya se ha comenzado a trabajar por La Loma del Puerco. Y todavía se preparan nuevas fases para el resto del casco urbano.
Este edil izquierdista aprovecha para incidir en “la necesidad de que la ciudadanía haga uso de las papeleras y de los medios que tenemos a nuestro alcance para evitar que los residuos se arrojen al suelo y acaben irremisiblemente en el mar. Nos queda aún mucho camino por recorrer, pero estamos convencidos de que todas las iniciativas que se vayan sumando en materia de concienciación irán aportando su granito de arena”.
Uno de los principales problemas que arrastra la contaminación marina son los residuos plásticos; muchos de ellos no son biodegradables, lo que acarrea graves consecuencias para los ecosistemas marinos. Las aguas de lluvia también pueden arrastran metales, medicamentos, aceites, disolventes o derivados del petróleo, que están agravando aún más el daño que se genera al medio natural.