Chiclana Natural, como ya advirtió semanas atrás en el mismo sentido en la capital gaditana la empresa pública Aguas de Cádiz, viene constatando un “problema grave” ya de por sí en cualquier época del año “pero que, ahora, con el confinamiento de la población se agrava especialmente”. Se trata de la mayor presencia de toallitas húmedas en la red de fecales.
Estas toallitas arrojadas al retrete (que al parecer muchos usan como sustituto del papel higiénico), además de provocar atascos en la red de saneamiento, pueden ocasionar averías en los elementos de bombeo de las aguas residuales, así como problemas de operación y mantenimiento en las Estaciones depuradoras de Aguas Residuales (EDARs).
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el concejal de Medio Ambiente y vicepresidente de Chiclana Natural, Roberto Palmero, remarca que desde el comienzo del estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus, los equipos de mantenimiento de redes de saneamiento de la empresa municipal “vienen redoblando los trabajos dedicados a limpiar las rejillas de desbaste que existen en la red de alcantarillado”. Éstas sirven para retener los sólidos gruesos que arrastran los flujos de aguas negras y así proteger las conducciones e instalaciones de atascos y colapsos.
“Lo cierto es que el 90% de los sólidos que retienen las 23 rejillas existentes son toallitas, pero ahora en una proporción que obliga a hacer la limpieza como mayor asiduidad”, detalla este edil de IU.
La limpieza de las referidas 23 rejillas de desbaste de la red pública se realiza de forma manual por los operarios del Departamento de Agua. Anualmente se retiran más de 18 toneladas de toallitas en el municipio. Durante este primer trimestre del año se han retirado ya casi seis toneladas de este residuo.
“Hasta un 20% del coste asociado al funcionamiento de las depuradoras puede estar ligado al vertido inadecuado, cuantificado en unos 8.000 kilos de toallitas diarias arrojadas al inodoro en una ciudad de tamaño medio como puede ser Chiclana, por eso un pequeño gesto como echar las toallitas a la papelera puede evitar graves problemas, tanto a las instalaciones domésticas como a las públicas”, incide Roberto Palmero.
APELANDO AL CIVISMO
En este sentido, el edil de Medio Ambiente pide a los vecinos que en estos días de confinamiento “se haga un buen uso de los elementos de saneamiento y no se arrojen toallitas por el inodoro”. Y aporta varias razones de peso: “en muchos casos la ciudadanía puede atascar las instalaciones de su propio domicilio o comunidad y se encuentran con un grave problema y más en la situación actual”. Por otro lado, cuando se trata de la red pública “hay que destinar un tiempo y unos recursos a las tareas de limpieza de toallitas en la red que para un personal en situación de servicios mínimos es un hándicap porque podrían dedicarlo a otras incidencias que puedan producirse”. Por último, las depuradoras también pueden sufrir este problema “en forma de averías no deseadas”.
Así, apela al civismo de la ciudadanía “para que entre todos podamos evitar situaciones innecesarias. Pasamos por unos momentos muy delicados y precisamente por eso es necesaria la colaboración de todos, con el único objetivo de evitar problemas en una red imprescindible para nuestra vida diaria y mucho más ahora, tras el Decreto de estado de alarma”.