La antigua Casa del Guarda, en Chiclana, en el Coto San José, vuelve a abrir sus puertas y a tener uso, tras su etapa como centro de interpretación del litoral y varios años abandonada a su suerte. El Ayuntamiento ha sacado ha concurso la explotación del mismo, que reabre como centro de educación ambiental ‘La mar de posibilidades’, con la empresaria local Lucía María Guerra detrás del proyecto. En principio el contrato se alargará cuatro años, prorrogables por dos más, por un canon de casi 5.000 euros anuales.
“En Chiclana hay muchas parcelas bonitas y una de ellas es ésta, que está vinculada a la Batalla de La Barrosa y que durante un tiempo fue dedicado a centro de interpretación del litoral, pero que el Gobierno anterior decidió clausurar”, ha recordado durante la inauguración el alcalde, José María Román, quien ha aclarado que “ha habido varias ideas para poner en marcha un proyecto en este lugar y una de ellas fue la presentada por Lucía Guerra, una mujer valiente y emprendedora, que le echará toda la energía que tiene”.
Asimismo, ha indicado que “los equipamientos públicos son abiertos para la ciudadanía y estamos convencidos de que esta empresaria chiclanera sabrá sacar adelante este proyecto en un sitio muy especial en la zona de la playa”.
“El espacio es ideal y seguro que podrá sacarle todo el rendimiento posible”, ha recalcado el primer edil del PSOE, aclarando que “los equipamientos públicos son de toda la ciudadanía y se adjudican durante el tiempo estipulado en un contrato y, pese a lo piense cada uno, los resultados en los concursos son los que son”.
Por su parte, la empresaria ahora responsable del proyecto ha detallado que “se trata de un centro al que podrá acercarse todo el mundo y realizar actividades culturales, deportivas, formativas, educativas, etcétera… siempre basadas en el medio ambiente y aprovechando los recursos que tenemos a nuestro alrededor”.
Según se recoge en el pliego de condiciones del concurso, el centro funcionará como plataforma de concienciación y educación ambiental, centro cultural, turístico, lúdico, deportivo,… acorde con el objeto del contrato, para lo que podrá hacer uso de la parcela en la que ubica la instalación, sin excluir el uso público de la misma. Por ello, además de los servicios mínimos de control y mantenimiento del centro, la empresa adjudicataria del servicio debe llevar a cabo campañas educativas, jornadas de interpretación ambiental, actividades extraescolares, celebración de efemérides, actividades lúdicas y didácticas (charlas, cursos, talleres…), actividades culturales, ambientales, etcétera…
En cuanto al calendario del servicio, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, obligatoriamente el establecimiento deberá permanecer abierto todo el año, mientras que el horario de cierre de la actividad de la instalación será el que establezca la legislación sectorial autonómica en la materia.