El juicio por “uno de los mayores atentados ecológicos ocurridos en Andalucía” se celebra, tras nueve años de espera, en el Juzgado de lo Penal número 4 de Cádiz. En 2006 una promotora llevó a cabo el desbroce de 23 hectáreas de pino y matorral mediterráneo de gran valor ecológico en la zona del Pinar de Hierro y Cerro de la Espartosa, en Chiclana, con la intención de levantar chalets de lujo. Ecologistas y otros colectivos reclaman que en el nuevo PGOU se reconozca este pinar “con la figura de protección que se merece y no se ponga un solo ladrillo sobre él”.
El juicio por “uno de los mayores atentados ecológicos ocurridos en Andalucía” se celebra, tras nueve años de espera, desde este viernes 17 de abril en el Juzgado de lo Penal número 4 de Cádiz.
Agaden, la asociación medioambiental Toniza y Ecologistas en Acción recuerda cómo en 2006 se llevó a cabo el desbroce de 23 hectáreas de pino y matorral mediterráneo de gran valor ecológico en la zona del Pinar de Hierro y Cerro de la Espartosa, en Chiclana. Dicho “atentado” fue cometido por la promotora Proviaf, representada por Manuel Jesús Ávila Farzón, ante la intención de construir 217 chalets de lujo.
La Plataforma en Defensa del Pinar de Hierro, constituida por diversos colectivos de distinta índole (ecologistas y sociales), la cual lleva durante años denunciando diversas actuaciones que atentan contra este enclave tan singular, lamenta que “la connivencia política en esos años permitió una lamentable pérdida de biodiversidad, aunada a la eliminación de flora protegida por la legislación como Thymus albicans, (más conocido como Tomillo blanco), Hymenostemma pseudoanthemis o Stauracanthus genistoides, causando también un grave daño en fauna protegida, entre la que destaca el camaleón, abundante en la zona”.
Actualmente cada vez son más los que reconocen la todavía alta biodiversidad de este enclave, “siendo mayor que la de varios países europeos juntos y con una gran cantidad de especies catalogadas como amenazadas”, según señalan desde la Plataforma, que muestra su indignación por “un espacio natural que debería tener el máximo grado de protección y ser utilizado como atractivo turístico, y no haber seguido, paradójicamente, el proceso inverso”.
Así, apuntan que el avance del Plan General de Ordenación Urbana aprobado por el Ayuntamiento de Chiclana en 1998 protegía al Pinar de Hierro por su interés ecológico, como parque suburbano, pero, posteriormente la aprobación provisional lo clasificó como suelo urbano, “sin ni siquiera salir a exposición pública y permitir alegaciones”.
Sin embargo, se señala en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, los hechos que ahora se van a juzgar “no son nuevos” pues, tal y como recuerda la Plataforma, “en aquellos años de reducción de la protección también se desbrozó la misma zona por parte de esta promotora, a pesar de las reiteradas denuncias del grupo ecologista Agaden y de las numerosas actas de inspección de la Policía Local, sin que se dictase una resolución de paralización cautelar de las obras”; y no fue hasta la finalización de las mismas en 2001 cuando se acordó incoar el expediente para la restauración de la legalidad urbanística.
“Mientras que la Junta de Andalucía tampoco paralizó el desbroce pero lo sancionó con 10 millones de las antiguas pesetas, aunque, el Tribunal Superior de Justicia estimó parcialmente el recurso de la promotora, declarando nula la multa por falta de predeterminación de la gravedad (es decir, no existencia de un reglamento sancionador en la legislación ambiental), si bien mantuvo la obligación de restaurar el daño causado, lo cual nunca ha sido llevado a cabo por la promotora”, se apostilla.
Desde la Plataforma en Defensa del Pinar de Hierro se espera que estos hechos “no se vuelvan a repetir y que la justicia actúe con contundencia por más que la promotora, tras argumentar que tenía derecho a urbanizar (aun careciendo de licencia), ahora haya optado por decir que hizo el desbroce para prevenir incendios”. Y es que, se añade, “cualquiera que conozca el Pinar de Hierro y Cerro de La Espartosa sabe de las amplias calles que lo recorren desde antes del 2000 y que bien pueden servir de cortafuegos. Por lo que no es en absoluto creíble que un empresario realice este gasto innecesario, y de haberse realizado, nunca eliminando casi toda la vegetación”.
Finalmente, la Plataforma, a través de sus colectivos y de las alegaciones realizadas por estos al actual PGOU en proceso de aprobación, desea que el Pinar de Hierro y Cerro de La Espartosa “sea reconocido con la figura de protección que se merece y no se ponga un solo ladrillo sobre él, para que siga siendo un importante patrimonio natural del que todos podamos disfrutar y sentirnos orgullosos”.
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