El Ayuntamiento de Chiclana lleva a cabo este mes de diciembre labores para el tratamiento y control de la oruga procesionaria del pino, una actuación a cargo de la concejalía de Medio Ambiente centrada en los diferentes espacios de titularidad pública del término municipal: parques, masas forestales, arboledas situadas en el viario urbano y centros escolares.
Al igual que ocurriera el pasado año, “los trabajos para minimizar los problemas que puede provocar la presencia de este insecto, sobre todo en las zonas residenciales, se han iniciado con mayor antelación que en otras ocasiones”, apunta en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz el concejal de Medio Ambiente, Roberto Palmero, que señala a las “altas temperaturas y a la situación de sequía y ausencia de lluvias que sufrimos”, como principal causa de la prematura presencia y mayor proliferación de este insecto.
Además de la utilización de productos fitosanitarios de bajo impacto y escasa toxicidad, desde el Consistorio se están implementando otras herramientas que posibilitan el control y la eliminación de la oruga procesionaria, así como de otros insectos. Es el caso de la colocación de cajas nido para el fomento de la presencia de aves insectívoras como herrerillos o carboneros en las áreas arboladas de la ciudad. “Una pareja de cualquiera de estas dos especies suele comer alrededor de 7.000 insectos al año, especialmente larvas de la procesionaria del pino”, precisa este edil de IU.
El tratamiento contra la oruga procesionaria “es fundamental para la ciudadanía”, ya que este lepidóptero supone un riesgo para menores y animales de compañía más allá del contacto directo, puesto que los filamentos urticantes que cubren el cuerpo de esta especie pueden flotar en el aire y provocar irritaciones en la piel, los ojos o la nariz al entrar en contacto con personas o animales.