Siempre que el tiempo lo permita, en estas semanas están convocados unos 600 escolares de quinto y sexto de Primaria de ocho colegios de Chiclana a participar en la plantación de árboles en el parque de la Laguna de la Rana Verde, en el marco del programa de educación ambiental de Chiclana Natural, que se ha podido retomar tras dos años en blanco por la pandemia del Covid-19; y que abarca otras actividades como la obra teatral medioambiental ‘El viaje de Garabato’, la visita a la EDAR de El Torno, ‘Salvemos al chorlitejo patinegro’, ‘Pequeños socorristas’, o la iniciativa ‘La ciudad que queremos’.
En concreto, se van a plantar unos 400 ejemplares de alcornoques, moreras, acebuches o algarrobos, entre otras especies, en estrecha colaboración con varios mayores de la Asociación de Vecinos Huerta del Rosario, que se suman a la iniciativa a través del programa Eracis y de la concejalía de Tercera Edad, “posibilitando así una enriquecedora interacción intergeneracional”.
El concejal de Medio Ambiente, Roberto Palmero, acompañaba días atrás a alumnos del CEIP El Trovador, y remarcaba que “esta es una de las actividades más bonitas de cuantas forman parte del programa de educación ambiental y que la pandemia impidió que se pusiera en marcha mucho antes. Además, en un entorno maravilloso y con tanta variedad de fauna y flora con la Laguna de la Rana Verde”.
Mirando más a largo plazo, en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz Palmero ha apuntado que “la idea es cerrar el año con la plantación de un millar más de árboles en este paraje y conseguir así renaturalizar todo el entorno. Una vez conseguido, iniciaremos trabajos para ir acondicionando la zona y que la gente pueda disfrutarla más cómodamente. Ese es el horizonte al que miramos, recuperar un proyecto, que en su momento se abandonó, dotándolo del equipamiento necesario para el uso y disfrute de los vecinos”.
Por último, este edil de IU se refería a la concienciación “como el ingrediente indispensable para que este proyecto salga adelante. Estamos haciendo un esfuerzo tremendo, ya no por las plantaciones en sí, sino por todo el mantenimiento que es necesario durante los primeros años una vez que se han realizado. Y en este punto, el papel que juegan los niños es fundamental, pues deben trasladar a sus familiares y amigos esa responsabilidad necesaria para el cuidado de nuestro entorno y que el mallado verde de la ciudad sigue creciendo. Solo así podremos repetir estas iniciativas en otras zonas y seguir convirtiendo a Chiclana en la ciudad en la que todo el mundo quiere vivir”.