‘Vox Clamatis. Arte e historia en la Iglesia Mayor de San Juan Bautista (1814-2014)’ es el nombre de la exposición que ya se puede contemplar el Museo de Chiclana; una actividad que se suma a la conmemoración del bicentenario de este templo. A lo largo dos salas expositivas y el propio hall se puede disfrutar hasta el próximo 12 de enero de más de 70 objetos de colecciones particulares e institucionales, imágenes sacras o fotografías de figuras importantes en la trayectoria de la iglesia, de gran valor cultural, histórico y patrimonial.
La exposición ‘Vox Clamatis. Arte e historia en la Iglesia Mayor de San Juan Bautista (1814-2014)’ ya se puede contemplar el Museo de Chiclana; una actividad que se suma a la conmemoración del bicentenario de este templo.
A lo largo dos salas expositivas y el propio hall se puede disfrutar hasta el próximo 12 de enero de más de 70 objetos de colecciones particulares e institucionales, imágenes sacras o fotografías de figuras importantes en la trayectoria de la Iglesia de San Juan Bautista, de gran valor cultural, histórico y patrimonial.
Se incluyen además tres planos originales cedidos por la familia Solís, en los que se aprecia la planta general del templo, el trazado transversal y el longitudinal.
Entre las obras más significativas que conforman la exposición se incluyen la obra de Franz Xavier Riedmayer, ‘El conde de Maule y Antonio Pizano ante el paisaje de Chiclana de la Frontera’, que data del 1806, el retrato del Obispo Chaves de la Rosa ‘Obispo pecador’, y el atribuido a Luca Giordano y denominado ‘Predicación de San Juan Bautista’.
La muestra destaca la importancia de la Iglesia Mayor como la obra cumbre del neoclasicismo gaditano y unos de los ejemplos más hermosos de la arquitectura religiosa andaluza. Para ello la exposición hace un recorrido por la historia de su construcción, comenzada por Torcuato Cayón de la Vega, arquitecto que proyectó también la Ermita de Santa Ana, y posteriormente desarrollado por Benjumeda, quién le dedicó 42 años de su vida y a quién le debe su actual esplendor.
Gracias a la exposición, según se señala en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, es posible viajar en la historia y remontarse a 1810, cuando los ejércitos napoleónicos ocuparon el templo como cuartel de artillería y caballerizas. A pesar de los daños sufridos, la nueva iglesia se abriría al culto religioso el 24 de junio de 1814, tan sólo un par de años más tarde de la salida de los soldados franceses, gracias al impulso de algunos comerciantes afincados en Cádiz, al chiclanero Antonio Pizano Fernández y al conde de Maule, Nicolás de la Cruz Bahamonde. Toda esta historia queda patente en la Iglesia Mayor, que a pesar de sufrir periodos de crisis y opulencia, es un ejemplo del mejor neoclásico andaluz.
En la inauguración de la muestra, el alcalde Ernesto Marín, junto a su concejal de Cultura, José Manuel Lechuga, el comisario del bicentenario, Jesús Romero, el delegado Diocesano, David Gutiérrez, la vicepresidenta de la Diputación, Mercedes Colombo, y el párroco de la Iglesia Mayor, Francisco Aragón, ha anotado que “ha sido un proyecto que ha contado con numerosas colaboraciones”, como el Museo de Cádiz, el Archivo Diocesano del Obispado de Cádiz y Ceuta, el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Chiclana o el Museo de la Catedral de Cádiz, entre otros.
Además de ello, apostillaba el primer edil del PP, “es importante aclarar que aquí no para el bicentenario, seguimos trabajando para conmemorar estos 200 años de nuestra Iglesia Mayor, porque nuestro patrimonio se merece mucho más”.