Una veintena de residentes de los bloques de pisos de la barriada de Santa Ana, en Chiclana, firmaban la semana pasada junto al alcalde, José María Román, el contrato de compra-venta de las viviendas públicas en las que residen desde hace años.
De esta forma, desde este momento estos vecinos pasan a ser propietarios de los inmuebles. Así, se culmina para esta veintena de, hasta ahora inquilinos, un largo proceso iniciado en mayo de 2018 para la enajenación por el procedimiento de adjudicación directa de las 200 viviendas de propiedad municipal de dicha barriada.
Cada uno de estos 20 vecinos debían cumplir una serie de requisitos para la adquisición de ‘su’ casa, entre ellos, estar empadronados y residir en las mismas, además de ser los beneficiarios iniciales de los inmuebles o familiar directo. De esta forma, por un precio estipulado de 7.499 euros (incluidos gastos de gestión), cada beneficiario ha podido adquirir en propiedad las viviendas.
En las próximas semanas, además, está prevista la firma de los contratos de compra-venta de otros nueve residentes de la barriada; que fue reformada en el año 2010, con la instalación de ascensores y mejora de cubiertas y fachada.
Estas viviendas municipales tan solo pueden adquirirse para residencia habitual, sin que pueda ser enajenada por contrato público, al menos, durante un plazo de cuatro años. Una vez transcurridos estos cuatro años, “los propietarios serán libres para poder vender si así lo desean”.
En un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, el Ayuntamiento remarca además que estas casas tienen un préstamo hipotecario de 1,5 millones de euros como consecuencia de las obras de rehabilitación de los bloques, pendiente aún de amortizar por cada vivienda 3.239 euros. No obstante, “dicho pago lo realizará, como ha sucedido hasta ahora, el propio Consistorio, no los ocupantes”.
En este acto de firma de la compra-venta, el primer edil socialista repetía que “no se trata de un asunto obligatorio para los residentes, por lo que solo están comprando sus viviendas aquellas personas que así lo deseen. Si hay vecinos que deciden no comprarlas, continúan como hasta ahora”.
Asimismo, Román recordaba que “antes de que se pusiera en marcha esta operación, desde el Ayuntamiento y la empresa municipal Emsisa nos pusimos en contacto con entidades financieras. De esta forma, si alguien necesitaba un préstamo para abordar esta operación, hay entidades que están dispuestas a concederlos como préstamo personal”. “Estamos hablando de todas las facilidades posibles para que estos residentes, que llevan muchos años viviendo en los pisos de Santa Ana sin posibilidad de ser propietarios, puedan adquirir formalmente su vivienda”, sentenciaba.