El prometido apeadero de autobuses de Chiclana continúa acumulando retrasos. Tras años demandándose, al fin se proyectó y licitó la obra, y a mediados de mayo se anunciaba la adjudicación: la empresa Odisa se encargaría de levantar esta modesta infraestructura vinculado al proyecto del tranvía metropolitano, por algo más de 235.000 euros y un plazo de ejecución de cinco meses. Y entonces se decía que se esperaba que los trabajos comenzaran en la primera quincena de junio. Pero no ha sido hasta ahora, en el remate de julio, cuando la consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía ha confirmado el inicio de los mismos.
“Las primeras semanas de trabajos no afectarán al tráfico ni a los usuarios del entorno para respetar así la temporada alta de turismo y la gran afluencia de visitantes que registra el municipio en esta época”, ha apuntado el delegado territorial de Fomento, Federico Fernández. De esta forma, “será a finales de agosto cuando empiecen los primeros trabajos de obras que implican los desvíos de tráfico y la ubicación de las dársenas provisionales, donde pararán los autobuses durante la ejecución de las obras”.
Además, la consejería ya ha encargado la fabricación, fuera de obra, del edificio modular que albergará la sala de espera y los aseos. Será una empresa local de la zona la encargada de fabricar esta estructura para después desplazarlo e instalarlo en su ubicación definitiva.
Desde la Junta se señala en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que estas actuaciones “responden al calendario de obras establecido entre la consejería y el Ayuntamiento”, que prevé también una estrecha coordinación con el Consorcio de Transportes de la Bahía de Cádiz con el fin de minimizar el impacto de las obras en la vida cotidiana de la ciudadanía.
UN EDIFICIO “LIGERO Y MUY PERMEABLE”
La construcción del apeadero, que se ubicará en la margen derecha del río Iro frente al campo de fútbol, mejorará considerablemente el servicio a los pasajeros de los autobuses interurbanos, con un edificio particularmente funcional, sencillo y de escaso impacto en su entorno. Reemplazará a las marquesinas y módulos prefabricados que desde 2015 forman el equipamiento provisional que funciona como parada principal de los autobuses que antes paraban en la plaza de Andalucía; una reubicación obligada por los trabajos del tranvía.
La actuación, que se desarrolla en virtud de un convenio de colaboración firmado entre el Ayuntamiento y la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía en septiembre de 2017, contempla la construcción de un edificio “ligero y muy permeable”, que dará servicio a los viajeros de autobús, con espacio para la espera y aseos. Además, se distribuirán seis dársenas, en forma de dientes de sierra, para facilitar la parada de los autocares “de forma cómoda y segura”.
La idea, se subraya, está orientada a crear un espacio cubierto, pero transparente, dotado de un diseño sencillo y fácil de identificar como apeadero, de similares características al intercambiador construido en San Fernando (levantado hace ya muchos meses, y que sigue cerrado y sin uso).
El intercambiador se ubica en la calle Paciano del Barco, frente al campo de fútbol y en la margen derecha del río Iro; emplazamiento consensuado con el Consistorio. El edificio tendrá planta rectangular de 13,5 x 6 metros aproximadamente y una sola altura, de manera que “no agrede el entorno urbano en esta margen derecha del río Iro”. Esta permeabilidad con el entorno se consigue a partir de un cerramiento prácticamente acristalado en todo su perímetro, que se encuentra protegido mediante lamas verticales y horizontales, según la orientación de las fachadas. Se consigue de esta forma la protección del sol, sin disminuir el carácter diáfano del espacio.
Las obras del tranvía y la remodelación de la plaza de Andalucía forzaron al Consorcio de Transportes Bahía de Cádiz a modificar la ubicación de la terminal de autobuses, por lo que la consejería de Fomento prometió construir este nuevo apeadero. Aunque llegará con años de retraso.