“Reclamamos claridad porque los datos a que nosotros nos llegan están en torno a los 700, mientras que los publicados estos dos últimos días están por encima de 1.000”. Es la réplica del alcalde de Chiclana, José María Román, a la delegada territorial de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Isabel Paredes, que el martes le abroncaba públicamente asegurando que es el único alcalde de la provincia que no está colaborando con la administración autonómica en estos tiempos de pandemia y afeándole que “haga política” con el coronavirus.
Así, tras dicha reunión telemática con Paredes y técnicos de la Junta, el primer edil socialista sigue sin estar convencido de que la ciudad haya rebasado la tasa de incidencia de 1.000 contagiados por cada cien mil habitantes en los últimos catorce días, lo que ha derivado en que a partir de este miércoles la Junta obligue al cierre de comercios no esenciales y de la hostelería durante al menos dos semanas.
“Hemos pedido explicaciones porque tenemos datos de la propia Junta, que no coincidentes con los que ellos publican. Sin embargo, no nos dan explicaciones”, ha recalcado Román, quien ha añadido que, “en el caso de colegios o las incidencias en el mercado, la respuesta de la delegada territorial es que el Ayuntamiento no tiene por qué intervenir en estos temas, porque ellos se encargan de todo”. “Y cuando pido información sobre positivos en bloques de viviendas para poder actuar, sin pedir datos personales, la respuesta es la misma, que no se nos puede dar”, se queja. “Poco menos que tengo que estar callado y atado de manos y eso no puede ser”, ha denunciado.
“Si alguien quiere acusarnos de alarmismo, que lo haga, pero tengo responsabilidad como alcalde de Chiclana de defender los intereses de nuestros vecinos. Así, no se puede permitir que la propia Junta entre en contradicción con sus datos y no sea capaz de explicarlos, sobre todo, cuando además hemos vivido la experiencia del geriátrico del Novo Sancti Petri, que era conocido por la ciudadanía tras su publicación en un periódico y, sin embargo, los datos aparecieron dos semanas después”, ha reiterado.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz agrega Román que “esa es la credibilidad de la consejería de Salud o de la delegación territorial, al menos, en lo que se refiere a Chiclana”. “La gente sabía lo que estaba ocurriendo en el geriátrico y la noticia es que no estaba ocurriendo nada, hasta que se publica en prensa y entonces se comunica algunos fallecidos y luego otros más. Por tanto, la credibilidad de la consejería está por los suelos”, ha recriminado.
“Creo que el comercio no es culpable, ya que no contagia. Alguien tendrá que explicar por qué una tienda de aquí al lado, con sus protocolos y medidas anticovid, tiene que cerrar”. “Puedo compartir que en los centros comerciales y en grandes aglomeraciones se tengan que tomar esas medidas, pero en absoluto lo comparto para el pequeño comercio”, ha reflexionado el alcalde ante la prensa apoyando a los pequeños empresarios afectados. Añadiendo que “en una enorme parte de la hostelería también sucede los mismo, porque son profesionales que han realizado un trabajo importantísimo para tomar medidas de seguridad y, sin embargo, se les pone como los culpables”.
SE SOLICITA EL CIERRE DE LOS COLEGIOS
Y mientras se critica la clausura de hostelería y comercio en la situación actual, el mismo Ayuntamiento junto a la Federación Local de Asociaciones de Madres y Padres (Flampa) han solicitado a la Junta el cierre de los colegios e institutos en la localidad y que se traslade temporalmente las clases al formato virtual.
El primer edil, que esta misma jornada se ha reunido con representantes de la Flampa y su concejal de Educación, José Alberto Cruz, ha apuntado que “compartimos la opinión que desde las asociaciones de padres tienen sobre la actual situación y la petición del cierre de los colegios durante el tiempo en el que están cerrada la actividad no esencial”.
“Compartimos esta petición por coherencia, porque no es lógico que un comercio con tres y cuatro personas no es seguro y un aula con 25 ó 30 niños sí lo sea. Si un comercio con mucho espacio y pocas personas no es seguro, se supone que una clase más pequeña y con más personas tampoco lo será ¿no?”, se ha preguntado José María Román.
“Con la incidencias de los datos y el cierre de los comercios y la hostelería, nos preguntamos cómo pueden cerrar esos negocios y nosotros tener que llevar a nuestros hijos al colegio. Eso es una locura”, ha incidido Soledad Ariza, como representante de la Flampa, reseñando que “esto también es salud, porque puede afectar a todos, sobre todo cuando los menores son llevados y recogidos de los centros por los abuelos, que son de alto riesgo”. También desde esta federación, Manuel Marín ha señalado que “cada día nos llega más preocupación de los padres y madres. Después de un año, no nos explican por qué las escuelas son espacios seguros, cuando está aumentando el número de niños asintomáticos y la duda está en quién contagia a quién, los padres a los hijos o al revés”.