Hasta siete personas han sido detenidas en Chiclana por la Policía Nacional acusados de un delito contra la salud pública y defraudación de fluido eléctrico. Entre ellos se encuentra el propietario de una nave en las inmediaciones del camino del Alcaucil donde se han incautado más de 1.200 plantas, 80 kilos de cogollos de marihuana y multitud de efectos relacionados con este cultivo indoor ilegal.
La investigación se inició a raíz de informaciones propias obtenidas por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Comisaría Provincial de Cádiz sobre la existencia de esta plantación en el extrarradio chiclanero.
Los agentes con la finalidad de contrastar la información realizaron un dispositivo de vigilancia sobre el inmueble investigado. En una de estas rondas, se observó como seis personas accedían a la nave permaneciendo en el interior durante varias horas. Nuevamente al día siguiente se detectó un movimiento similar de personas, detectando además un fuerte olor a marihuana en la zona.
En vista de los indicios sobre la actividad ilícita que se estaba realizando en dicha nave se ejecutaron las diligencias de entrada y registro. Y en su interior identificaron a siete personas, entre ellas el propietario de la nave; todos fueron ‘pillados’ realizando tareas de recolección utilizando para ello “una máquina valorada en más de 9.000 euros” con la que separaban los cogollos de marihuana de su ramas y tallo de una forma más rápida y sencilla.
Según se detalla en el comunicado remitido por la Policía a DIARIO Bahía de Cádiz, la nave estaba dividida en su interior en tres departamentos, localizando en el más grande una plantación de marihuana que se encontraba en fase de recolección y cogollos separados en cajas. En otra de las habitaciones los agentes descubrieron otra plantación con todos sus tallos cortados y con cogollos ya separados con la desbrozadora. En la última estancia se encontraba también otro cultivo ya recolectado con ocho contenedores de red donde se estaban procediendo al secado de los cogollos.
La instalación de la plantación –enganchada al alumbrado público- contaba además con un sistema de climatización con un total de 11 compresores de aire acondicionado, 138 lámparas halógenas, sistema de filtros de carbono y extracción de aire para paliar el fuerte olor del principio activo, un eficiente sistema de regadío con dos depósitos de agua de 1.000 litros, así como gran cantidad de sacos de sustrato, fertilizantes y productos químicos necesarios para el cultivo indoor de marihuana acelerando su crecimiento.
Desde la Policía Nacional se asegura que dicha plantación estaba funcionando desde 2018 y en esa “completa instalación” se habría invertido más de 80.000 euros, “amortizados a corto plazo gracias a los pingües beneficios que reportaban la cuatro cosechas anuales que producían”.
Una vez finalizado el atestado policial, los detenidos fueron puestos en libertad a la espera de comparecer ante la Autoridad Judicial.