Aprovechando el Día Mundial del Agua, el Ayuntamiento de Chiclana ha recordado que se dotará de un plan de gestión de riesgo por sequía, redactado por la empresa municipal Chiclana Natural en colaboración con la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas), “cuyo objetivo es determinar qué acciones se llevarán a cabo durante posibles episodios de escasez de agua”.
El concejal de Medio Ambiente, Roberto Palmero, ha resaltado que se persigue que el documento “sea participado y consensuado por toda la ciudadanía y lo sectores sociales”. Así, se prevé que antes del verano esté disponible el borrador para su consulta y realización de aportaciones.
El inicio de la redacción se ha producido recientemente. Ya se han producido dos reuniones del grupo de trabajo formado por técnicos de Chiclana Natural y de Aeopas. No obstante, y una vez que se supere la fase inicial, se solicitará la supervisión de expertos universitarios con los que la asociación de operadores públicos trabaja habitualmente. El objetivo es que el documento definitivo no se demore más allá del próximo año hidrológico.
Los costes reales de un plan como el que afronta la empresa municipal rebasaría los 50.000 euros de afrontarlos en solitario, por ello se decidió llevarlo acabo conjuntamente con la asociación de operadores públicos Aeopas que ya viene colaborando en la redacción de planes similares en otras ciudades, por lo que al final a los chiclaneros les supondrá este documento “menos de 10.000 euros”, según se informa en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
“UN TRABAJO MUY COMPLETO Y APASIONANTE”
“Se trata de proyecto muy real y efectivo, sobre todo por la manera en la que se está trabajando. Además, Chiclana cuenta con ventaja sobre otros municipios, puesto que contamos con bastante infraestructura para soportar situaciones de sequía”, ha apuntado Palmero en la presentación del embrionario plan, recordando que “existen depósitos en la Espartosa o varios pozos que podrían suministrar agua durante varios días”. No obstante, la cuestión no es qué hacer en caso de sequía, “sino qué podemos hacer en el día a día para evitar que llegue una situación de sequía y por ello es tan importante la participación de todos”.
A decir de este concejal de IU, “se trata de un trabajo muy completo y apasionante, porque es una guía de trabajo para que la sociedad y las administraciones, durante los próximo 20 ó 25 años podamos ir trabajando día a día para que no lleguemos a esta situación”. “Estamos más cerca que nunca de algo así con el cambio climático, sin lluvias, con los pantanos en situación dramática en los últimos años y creemos que con este plan y la colaboración ciudadana podemos marcar los objetivos y que no tengamos que vernos en situaciones como los antiguos cortes vividos por la sequía”, afirma.
Además, Palmero ha hecho hincapié en la importancia de concienciar a la ciudadanía, “unido esto a las inversiones que tenemos que realizar, cambios en las infraestructuras, ayudar a las familias y empresas, apostar por métodos de ahorro de agua, depósitos, etc. podemos solventar un problema futuro para la ciudad y hacer que nunca más tengamos que pensar en esta problemática”. También ha destacado que el Consistorio chiclanero “puede ser pionero en muchas de las medidas que vayamos a tomar, como por ejemplo la nueva tasa de agua o la serie de arreglos realizadas en depósitos en los últimos meses”. “Esto es sólo el principio para cumplir los objetivos de cara al cambio climático, la Agenda 2030 y de cara a poder dar un uso más sostenible y más normalizado de un bien tan preciado como el agua”, ha apostillado.
“UN DOCUMENTO VIVO”
Para la coordinación de los trabajos se ha creado un grupo técnico de trabajo que tras la realización del borrador de plan lo pondrá a disposición de expertos, sectores sociales, económicos y a la ciudadanía en general “para que se implantación sea lo más eficaz posible”.
En caso de una emergencia por seguía, cada vez más probable por los efectos de la crisis climático, hay demandas prioritarias, sectores económicos más sensibles que otros. Por el contrario, también usos prescindibles que pueden ser debatidos colectivamente para llegar al mayor consenso posible.
El plan recopilará y ordenará la información básica sobre las demandas y la valoración de disponibilidades de recursos, definirá los estados de riesgo y activará las medidas especiales para mitigar los efectos de la sequía. Además, servirá para establecer responsabilidades en la toma de decisiones y para gestionar cada situación. Se trata de un documento vivo que se revisara de forma constante para adaptarse a las circunstancias y necesidades de cada momento.
Como ejemplo de medidas que podrían afrontarse en caso de la activación del plan de sequía, éstas tendrán que ver con las diferentes etapas hasta la situación de crisis (normalidad, prealerta, alerta y emergencia). En la fase de emergencia, la más grave, hay una probabilidad muy alta de situaciones de desabastecimiento generalizado. Implica medidas restrictivas intensas y generalizadas para alargar el máximo tiempo posible la disponibilidad de recursos para los usos prioritarios esenciales. En la fase de alerta existe una probabilidad significativa de llegar a una situación de emergencia por riesgo de desabastecimiento por lo que se deben fortalecer todas las medidas de ahorro de agua y de carácter restrictivo sobre usos no prioritarios.
No obstante, habrá medidas sobre la gestión de la demanda (limpieza de calles, de vehículos, duchas públicas, campañas de información y educación, instalación de equipos de bajo consumo); medidas orgánicas de carácter legal o administrativo (creación de grupo de coordinación de acciones para la gestión de la sequía, tarifas que incentiven el ahorro, multas, etc.); acciones sobre las infraestructuras (alternativas de suministro, uso del agua subterránea, acciones sobre los bebederos, etc.).
De esta forma el plan se percibe como un instrumento técnico que recoge tanto los conocimientos técnicos del operador del agua como las aportaciones de los grupos sociales y económicos de la ciudad. Es más, es un requisito legal contar con un plan de sequía municipal.