‘Empieza el espectáculo. Georges Méliès y el cine de 1900’ hace parada en Chiclana, en la plaza de Las Batallas, en la primera pista de La Barrosa, hasta el 17 de julio, gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento y la Fundación la Caixa (y de La Cinémathèque Française). Una curiosa iniciativa itinerante que explica el nacimiento del cine y rinde homenaje a quien ha sido considerado como el primer ilusionista del cine.
Tras la organización de una gran retrospectiva sobre el cineasta francés que pudo verse en los dos últimos años en los centros CaixaForum, ahora esta fundación bancaria presenta un nuevo e innovador proyecto expositivo, “un viaje en el tiempo para trasladar a los visitantes a los años en los que el cine se convirtió en un espectáculo popular, gracias, en buena medida, a los inventos y técnicas desarrollados por Georges Méliès”.
En la presentación de la muestra, alcalde José María Román ha agradecido a la Fundación la Caixa y a CaixaBank “su implicación con Chiclana y el desarrollo económico, social y cultural de la ciudad”; y ha invitado a la ciudadanía a visitar la exposición, “que te lleva al París de 1900”.
Por su parte, la delegada de la Fundación la Caixa en Andalucía y Ceuta, Mirian Mateos, ha dado las gracias al Consistorio por “la cesión de un lugar, que no puede ser mejor para la instalación de esta exposición”. “Nuestra premisa fundamental es atender y contribuir a construir una sociedad más justa. Y aquí en Chiclana hemos visto transformada la vida de muchísimas personas”, ha añadido.
Finalmente, el director comercial de CaixaBank en Cádiz, Huelva y Ceuta, Francisco Ramos, ha apuntado que “para nosotros Chiclana es una ciudad muy importante, porque tenemos tres oficinas y más de 30 personas trabajando día a día”.
“MÉLIÈS SUPO ENTENDER QUÉ QUERÍA LA GENTE Y CÓMO HACERLA SOÑAR”
Esta exposición temporal en La Barrosa (comisariada por Sergi Martín, guionista y escritor) traslada a los visitantes y curiosos a una feria en el cambio de siglo, con sus barracas y su ambiente de fiesta. Fue en ese entorno donde el cine tomó forma como espectáculo: diversión y emociones. Y, en buena medida, fue gracias a un hombre, el francés Georges Méliès, que supo entender qué quería la gente y cómo hacerla soñar y distraerse. Sus películas marcaron el camino que siguieron los primeros cineastas, en Europa y en EEUU.
Los distintos espacios y recursos expositivos de la muestra descubren cómo era el mundo y el ocio de aquella época, así como las claves para entender la importancia de Georges Méliès. Además, incluye varias películas de Méliès, audiovisuales, copias de fotografías de la época y reproducciones de carteles, dibujos y una maqueta del estudio de Méliès en Montreuil, algunos objetos de época, como la carpeta fantástica de Houdin, y aparatos como el cinematógrafo de los hermanos Lumière.
Se divide en tres ámbitos. El primero presenta el contexto de Georges Méliès, una primera aproximación al cambio de siglo y a los principales aspectos sociales, políticos y populares del mundo de 1900. Una vez los visitantes han cruzado el telón, un segundo ámbito expone el mundo de Méliès y los acerca a la experiencia propiamente cinematográfica. Y el último ámbito está dedicado a ‘Le voyage dans la Lune’, la primera película pensada, creada y distribuida para alcanzar el éxito, en 1902. A partir de aquí, se profundiza en cómo ha cambiado el cine desde la época de Méliès y cuál ha sido la influencia de este pionero en la creación del lenguaje cinematográfico primigenio y en la concepción popular del cine.
La exposición, según se detalla en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, también incluye ‘Participa Méliès’, una actividad educativa, abierta a público general, familiar y escolar, que ofrece la posibilidad de demostrar su ingenio y su creatividad inspirándose en los fantásticos trucos del inventor de los efectos especiales.
Hijo de un empresario del calzado, Méliès (1861-1938) fue dibujante, mago, director de teatro, actor, decorador y técnico, y también productor, realizador y distribuidor de más de 500 películas entre 1896 y 1912. Reinó en el mundo del género fantástico y del trucaje cinematográfico durante casi veinte años, antes de caer en el olvido y la ruina económica, que lo llevaron a destruir los negativos de todas sus películas.