CARTA AL DIRECTOR enviada por: Alexia Rodríguez, de Vigo
Llego septiembre y otra vez al redil, entre tanta política y papel cuche estamos bien servidos. En breve nos encontramos frente a las urnas para ejercer el voto e intentar formar gobierno. Veremos si logramos algo más que un gobierno en funciones. Pero yendo al quid de la cuestión creo que en muchos campos, hoy día tenemos discrepancias como en política para llegar a un punto de equilibrio. Hoy siento que he elegido una profesión donde muchas veces toca hacer de político, siendo un buen orador e intentando advertir la realidad de las cosas. Pero otras tantas, haces de investigador, aplicas conocimientos de psicología, haces de madre, padre, abuela/o, amigo/a. También toca mediar en el meollo del conflicto. Y lo más cómico, comerte el percal cuando llega el vendaval. ¿De verdad hemos llegado al punto de no respetar a nadie?
Hace meses alguien que dejo la profesión de maestro, comentaba que ha educado durante cuarenta años con tesón, amor, haciendo de médico de los corazones de los niños, de periodista al investigar el porqué de sus circunstancias, y finalmente ejercer de maestro. Cierto que no avanzas, si no sabes qué altera a ese crío/a. Podría mentir, decir que no existen momentos complicados. Sinceramente me gustaría reírme, pensar que la cordura ha llegado a nuestro planeta tierra y que no vivimos en un mundo donde vamos hacer lo mismo que los políticos: lanzar la piedra al tejado del otro.
Seamos sensatos y no ataquemos gratuitamente, y menos denigrar. Creo que todos somos lo suficiente adultos para poder respetar. Puede que la política en estos momentos no sea lo mío, pero pido respeto por la profesión que ejerzo. Cordialidad por ambas partes y lo más importante, impliquémonos en la educación de nuestros/as hijos/as. Evitemos denigrar una labor que hoy día se maltrata con gran facilidad. Reivindico ese voto de sensatez, y de grandeza por ambas partes.
No hay mejores palabras que las de cierto presidente americano que hoy tomo prestadas:”Educad a los niños y no tendréis que educar a los adultos”. Solo puedo decir que entre todos podemos hacerlo. Ahora depende de ti: ¿Me ayudas? DIARIO Bahía de Cádiz