CARTA AL DIRECTOR enviada por: Mónica Pelayo Moya, de Bolonia (Tarifa)
Soy de Bolonia. Me he criado entre ese puñado de casas al que coloquialmente llamamos “pueblo” cuando los turistas nos preguntan dónde pueden comprar protección solar. Tengo 24 veranos de vida que avalan lo que escribo. Así que, para los escépticos, sepan que hablo con conocimiento de causa. Algo de lo que parecen carecer nuestros políticos.
Asumo que en verano hay demasiadas retenciones del tráfico como para venir a ver qué pasa o qué necesidades pueda haber. Pero qué político hace eso, ¿no? Sería como pedir peras al olmo. Entonces harían los programas bien; los cumplirían. Me parece insultante la desfachatez de algunos, durante estas últimas elecciones, al afirmar cosas del tipo “el proyecto de Bolonia está en marcha…”, “vamos a apostar por el desarrollo de Bolonia…” y mentiras varias de este tipo.
A ver, entérense de una vez. En Bolonia es necesario una ampliación de los espacios de aparcamiento, pero YA. Y este verano, querido Ayuntamiento/Diputación/Junta, hubiese sido un detalle empezar; teniendo en cuenta que les acabamos de elegir y que los beneficios de esos aparcamientos están yendo para el Ayuntamiento. A eso sí les ha dado tiempo. Y luego no sois capaces de invertir ni un céntimo aquí. Saquen sus propias conclusiones.
Si me permiten alguna sugerencia, un par de rotondas no vendrían mal. Ensanchamiento de algunas zonas de la vía en las que se crean tapones que sacan de quicio al más comprensivo. Una gestión más inteligente y organizada a la hora de distribuir los coches conforme van llegando. Y dirán, qué tontería. Pero quien viene aquí a la playa –media España y parte del mundo-, sabe que estas tonterías se convierten en personas que tardan hora y media entre que entran al “pueblo” y encuentran aparcamiento. Por no hablar de las horas que se habrán tirado en las retenciones de la N-340. Ese es otro tema sobre el que podríamos escribir un libro.
Aceras, les agradeceríamos inmensamente –yo y esa media España y parte del mundo- un acerado por todo el pueblo. Todo, que tampoco es que sea mucho, contando que aquí viven alrededor de 350-400 personas. Sé que pedir aceras para los peatones es un lujo en estos tiempos, pero bueno, es que yo soy de sangre azul.
Un par de duchas, distribuidas por las zonas donde no hay nada. Un par de casetas para servicios y aseos junto a ellas. Más papeleras –esta se la dedico a las organizaciones ecologistas- y un par de puntos de información turística, ya que el pueblo es diminuto, pero hay zonas de interés natural y un conjunto arqueológico romano bastante interesante. Trabajo de cara al público y, si me pagaran por informar, sería millonaria y tendría dinero para acerar Madrid. Ah, no, en Madrid no es necesario. Qué ignorancia la mía.
Aquel que tenga un mínimo de sentido común considerará que estas cosas son TAN básicas y TAN necesarias en un lugar al que viene TANTÍSIMA gente, que el hecho de que no estén ya es una auténtica vergüenza. Ayer ya era tarde, señores “políticos”.
Aquí viene gente de todo el mundo. Literal. Dejemos de vender esto como el paraíso y vamos a hacer un poco por que lo sea. Porque no paramos de atraer a turistas que luego se encuentran con situaciones verdaderamente desesperantes. Y no he pedido ningún lujo, pero acondicionemos un poco Bolonia y ofrezcamos un poco de calidad en las cosas. Un poco.
Para terminar, me gustaría preguntar a las organizaciones ecologistas dónde andan. ¿Es que estáis de vacaciones en Indonesia? ¿Sois conscientes de que, si aquí ahora hubiese un incendio, se quemaría todo antes de que los servicios de incendios pudieran llegar al lugar en cuestión? A veces me da la impresión de que sois unos vendidos, o de que no entendéis nada. Os recuerdo que, antes de haber Parque Natural, aquí había personas. Personas que aman este sitio mil veces más que vosotros y que son los primeros que no quieren que se deteriore. ¿Sabéis qué es y qué implica el desarrollo sostenible? Sed serios, por favor, que adecentar un poco esto no implica ni mucho menos deteriorar la fauna y la flora existente. Al contrario.
Vivo en el paraíso, dicen. Y es cierto. Cuidémoslo, porque también es de todos vosotros. DIARIO Bahía de Cádiz