CARTA AL DIRECTOR enviada por: José Manuel Alfaro Basilio, de San Fernando
Sí. Juego limpio o fair play. O lo que es lo mismo: aceptar las derrotas, respetar al adversario, y no hacer trampas. Es cierto que los dos primeros motivos se sobrellevan, pero el último se da por aceptado como normal en el fútbol, aun evidenciando que es una causa demostrada generadora de violencia. Esto es algo así como dejarse caer simulando recibir una zancadilla, exagerar un roce cualquiera, buscar ser derribado para forzar un penalty con toda la premeditación posible, dramatizar el dolor producido por una entrada modesta, y otras penosas representaciones teatrales.
Todo esto y no mucho más creo que es suficiente para “encender” la mecha de la agresividad latente en los espectadores que reaccionan de forma violenta ante el engaño y que en la calle es motivo de discusiones y calentamientos.
Los locutores se hacen cómplices de la trampa con sus comentarios paliativos, los entrenadores no se dan por enterados conscientemente y los presidentes dicen que son cosas del fútbol. La vida está llena de trampas y a nadie le gusta ser engañado, pero al que más y al que menos no le importaría ser el mejor aun con la mentira por montera.
No conozco deporte colectivo que viva tanto de estas rentas, ni colectivos en el deporte que las acepten y luego se cabreen.
¿No habría que cambiar algo más que a los fanatismos? DIARIO Bahía de Cádiz