CARTA AL DIRECTOR enviada por: Domingo Sanz
Del papel de váter se habla poco, a pesar de ser algo imprescindible para miles de millones de personas una vez al día, o más. También miles de millones visitan las urnas, pero una vez cada varios años, o menos. Dado que los que salen de las urnas podrían influir en el precio del papel más necesario, quizás deberíamos ver ambas cosas con otra mirada.
Sobre las urnas también se habla menos de lo que parece, aunque las encuestas, las campañas electorales, las mentiras, las financiaciones ilegales y todo lo demás nos hayan troquelado una caja de esas, con ranura incluida, en cada cabeza.
Pero hablar de las urnas sin hacerlo de la ley electoral, de la que se habla muy poco, es como hablar de las capas del papel de váter sin decir nada del ano, parte del cuerpo de la que se habla bastante, y en la que aún se piensa más. ¿Recuerda usted algún crucigrama en el que la palabra más fácil de todas no sea esa misma, o “anal”? Además, ¿quién no ha dudado, o incluso discutido alguna vez, por lo del número de capas de su papel?
Defiendo el papel de váter de una sola capa contra los excesos y porque siempre puedo componer dos, tres o más con facilidad. En cambio, separar capas para ahorrar es mucho más difícil.
Por algo muy parecido prefiero una ley electoral que sume los votos de uno en uno, desde el primero hasta el último, y que todos valgan lo mismo. En cambio, la ley que tenemos tergiversa muchos votos mientras los convierte en escaños, durante las noches electorales. Llevamos más de 42 años con una ley de muchas capas y los representantes que salen no han aprendido a pactar.
Por cierto, ¿hay algún partido que proponga cambiar la ley electoral para que cumpla de verdad el artículo 14 de la Constitución? ¿Qué tal si exponen sus diferencias sobre esa ley y decidimos nosotros? Se llama referéndum. DIARIO Bahía de Cádiz