CARTA AL DIRECTOR enviada por: Domingo Sanz
Tanto si procedemos de un instante carnal y salvaje de Eva con Adán o del disfrutado por otros dos monos de los muchos que no se hicieron tan famosos, sabemos que todos somos primos con un cierto grado de consanguinidad. Con esto quiero decirle a Rajoy que no se sienta ofendido en exclusiva por la melodía que sigue, porque tanto si es el miedo como el chiste lo que nos confunde, poco a poco la estamos haciendo nuestra.
Corría octubre de 2007 cuando aquel candidato fracasado nos hizo reír a mandíbula batiente con otro de sus ridículos más sonados. La ocurrencia de lo de su primo, a quien no teníamos el gusto, para negar lo del cambio climático es digna del más hortera de todos los presidentes americanos.
Pasan los años y las influencias ocultas que guían a don Mariano terminan aflorando. Resulta que en la otra orilla del Atlántico también se encumbra ahora otro de los que, además de no creer en el cambio climático, ha empeñado su palabra en contribuir al calentamiento global con unos cuantos bombardeos y, por tanto, se verá obligado a cumplir sus amenazas, no vaya a ser que los bancos retiren el crédito que han apostado a sus negocios.
En España sabemos bien que cuando personajes de esta especie llegan arriba, solo podemos confiar en la biología. No obstante, como deseamos la felicidad de los demás por si nos tocara la pedrea y conocemos la edad y el expediente que acompañan al nuevo peligro yankee, elevaremos nuestras plegarias para que alguna causa ecologista disfrazada de belleza y del sexo que más le convenza haga temblar de nuevo su corazón, caliente sus entrañas y le alcance a la cabeza lo bastante como para convertirle a la noble causa de ayudar a conservar la vida en el mundo que le rodea. DIARIO Bahía de Cádiz
(puedes comentar esta información más abajo)