CARTA AL DIRECTOR enviada por: Sergio de Fuente Garrido, de Alcorcón
Es indescriptible la sensación tan dolorosa y tan frustrante que una noticia puede llegar a producirte, al ver que una persona de tu misma edad se ha quitado la vida solo porque la naturaleza le ha dado un cuerpo equivocado. Sí, me refiero a Alan, un chico transexual que se suicidó porque sus compañeros de clase le acosaban cruelmente tan solo por querer ser él mismo.
Todo empezó un día cuando mi amigo, me dijo con el corazón en un puño que alguien de su entorno se había quitado la vida porque le acosaban en el instituto. Nadie sabe lo doloroso que es eso, ver sufrir a tu compañero y pensar que podría haber sido él. Durante todo ese día, la terrible noticia estuvo circulando en todos los canales de televisión, en todos y cada uno de ellos. Esa noche, en la cama, estuve meditando sobre la situación y pensé: “¿Cómo puede haber gente tan mala y tan cruel en este mundo? ¿Cómo se sentirá la familia de ese chico? ¿Y las personas que le han acosado, directa e indirectamente, qué pensarán en este momento? ¿Ya están contentos con lo que le han hecho?”.
Yo tengo que decir que estoy muy orgulloso de haber conocido a mi amigo transexual. Es una persona única, con un gran corazón, divertido, cariñoso, sincero y que siempre está a tu lado pase lo que pase. Lo que más admiro de él, es que es una persona que lucha por sus sueños y que no para hasta conseguirlos, demostrándome así, que no hay nada imposible si luchas con paciencia y sin parar cada día para conseguir aquello que deseas.
Quiero decirle que le admiro y que le quiero un montón, y que sepa que va a contar siempre conmigo. Y también con toda la gente que le apoya y que le quiere. A todas esas personas cerradas de mente y mal informadas, que en pleno siglo XXI siguen pensando que personas como mi amigo y Alan son diferentes o extraños, y que se dedican a criticar a las personas por su condición sexual sin conocerlas de nada, solo quería decirles: Son personas como tú y como yo. No tienen ningún desorden mental. Es muy fácil criticar a las personas sin saber la situación que están viviendo y sin conocerlas de nada.
La lucha contra la intolerancia tan solo acaba de empezar, pero la venceremos, para lograr la libertad de expresión, de ser como queramos ser, sin que la sociedad nos ponga impedimentos por ser o pensar de manera diferente.. Si nos uniéramos todos nuestras fuerzas, que futuro más bonito nos esperaría. ¡A por todas, no tenemos nada que perder! ¡Yo digo muerte a la intolerancia! ¿Y vosotros? DIARIO Bahía de Cádiz
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